La opinión pública es un fenómeno inventado por los científicos sociales para reflejar las visiones que tiene la gente sobre la realidad en que vive, estudia, trabaja, sufre y se divierte; sus preferencias de la manera de satisfacer sus intereses y necesidades; así como su forma de pensar ante determinados eventos políticos, sociales, económicos y culturales.
Las universidades deben tener un papel desideologizador y concientizador de la población, que le permita saber de si misma y por que es así, neutralizando la alienación [1] que ejercen las clases dominantes y la dependencia extranjera, la cual bloquea la construcción de una identidad realista, haciendo difícil que la gente confronte objetivamente su realidad.
La opinión pública debe ser captada en su evolución, ser representativa de la población investigada, permitiendo revelar la relación de las opiniones con las raíces sociales e históricas de las personas. Los resultados obtenidos deben ser conocidos por la misma población, acompañados de un análisis hecho desde el punto de vista de la misma, para que ella pueda mejorar su realidad. [2]
La realidad objeto de la opinión pública es la que corresponde a la población investigada, la cual puede tener varias dimensiones territoriales; varios aspectos (ecológicos, económicos, políticos, educativos, culturales, de salud, vivienda, seguridad pública, riesgo, defensa, relaciones exteriores, etc.); varios medios utilizados para interpretar esa realidad (filosofía, ciencia, tecnología, artes, redes de comunicación social, tradición); así como varios puntos de referencia (género, clase social, nivel educativo, etnia, grupo de interés, etc.).
Las universidades deben compartir las bases de datos de opinión pública, los resultados cuantitativos y cualitativos, así como las conclusiones del análisis realizado por la institución, para que puedan ser utilizados por los miembros de la sociedad (especialmente los miembros de la comunidad universitaria) en sus análisis propios de la realidad.
Cada universidad tiene que identificar su estrategia de análisis de la opinión pública de acuerdo al déficit de análisis de opinión pública que existe en el país y en la misma universidad, así como en función de los recursos humanos y financieros con que cuenta o pretende conseguir para enfrentar ese déficit.
En el país hay tres universidades privadas que hacen análisis sistemático de la opinión pública salvadoreña.
En la Universidad de El Salvador, se han realizado dos encuestas de preferencias electorales nacionales de los estudiantes; en Internet no se encuentran trabajos de investigación sobre opinión pública realizados en esa universidad; hace unos meses, un profesor de la Facultad Multidisciplinaria de Occidente escribió un artículo en donde propuso “crear un instituto de investigación de la opinión pública” [3]; el Señor Rector Roger Arias, pretende crear este instituto en los próximos meses, ojalá que tenga éxito en sus gestiones.
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[1] Martin-Baró, Ignacio. La encuesta de opinión pública como instrumento desideologizador. 1990
[2] Idem
[3] Fajardo Cuellar, Hugo. La elección de un Nuevo Rector: principales retos y desafíos para la Universidad de El Salvador. 28 de Marzo 2017. Diario COLATINO.