La Paz – El general Williams Carlos Kaliman Romero, actual comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, se convirtió en principal personaje de la actual crisis política y social que se desató hace tres semanas en Bolivia.
Es sabido que el objetivo de Evo Morales es retornar al poder creando zozobra con el vandalismo para que se piense que él es necesario para Bolivia. "Pronto volveré con más fuerza y energía", prometió por Twitter en su viaje a México, país que le otorgó asilo junto a varios de sus principales colaboradores.
"Williams Kaliman es una pieza importante en el juego de Evo. El pedido de renuncia presentado por él contaminó la reacción popular contra el fraude electoral", aseveró el periodista y escritor brasileño Leonardo Coutinho.
Agregó que "el tráfico de drogas tomó control de las instituciones en Venezuela y Bolivia. Los militares son tristes piezas de organizaciones criminales que tomaron control del poder".
Kaliman tuvo apariciones importantes en los últimos días. La primera vez para pedir a Evo Morales que renuncie, aspecto que fue decodificado como "golpe de Estado", ello reivindicó la imagen del mandatario renunciante en el extranjero.
La segunda vez apareció para anunciar la noche del lunes la presencia de militares en patrullajes callejeros junto a policías. Pero un detalle dejó escapar Kaliman al portar una carpeta con la efigie de Evo Morales y la inscripción "Plan Tupac Katari".
Los saqueos, incendios, toma de propiedades y vandalismo sin límites responden a un "plan o intento de retoma del poder de Evo Morales mediante la convulsión y el caos", coincide el análisis de Leonardo Coutinho.
El ex ministro de Defensa, Javier Zavaleta, quien vaticinó la semana pasada que se "contarán muertos por docenas", intentó que los militares no salgan a las calles para frenar el vandalismo. "El Plan Sebastián Pagador no está autorizado para su despliegue, por lo que cualquier efectivo o equipo desplegado fuera de este contexto debe replegarse de forma inmediata", le recordó por escrito a Kaliman.
Zavaleta renunció a poco que Kaliman anunció la participación de los militares.
"Kaliman, presidente…Kaliman, presidente…", gritaba el martes una muchedumbre que descendió desde la vecina ciudad de El Alto a La Paz para reivindicar la Whipala (bandera indígena reconocida como símbolo de Bolivia que fue quemada un día antes). También la misma gente apuesta por "guerra civil" para superar el difícil trance de "vacío de poder" en Bolivia.
(*) El autor es un periodista boliviano, colega y colaborador de ContraPunto