Grupos de mafiosos actúan con impunidad en la Amazonia brasileña y están detrás del asesinato de al menos 300 defensores medioambientales, así como de la tala indiscriminada de árboles y los incendios que se extienden en la región, según denunció Human Rights Watch (HRW).
El documento titulado “Mafias de la selva tropical”, reporta que al menos 300 personas fueron asesinadas por grupos criminales durante la última década en conflictos por el uso de la tierra y de recursos naturales en la Amazonia, pero solo 14 casos fueron juzgados.
Según el informe, que recaba información de dos años de investigación, estos grupos tienen la suficiente “capacidad logística” de coordinar la tala, el procesamiento y la venta de madera “a gran escala”.
Para ello emplean “hombres armados” para intimidar y, en algunos casos, “ejecutar a aquellos que defienden la selva”.
Brasil es el cuarto país con más homicidios de defensores del medio ambiente, según el informe publicado en julio por la organización Global Witness, que contabilizó 20 muertes de personas vinculadas a la causa en 2018.
En palabras de Daniel Wilkinson, director de derechos humanos y medio ambiente de HRW, estos problemas se han agravado durante el mandato del presidente ultraderechista Jair Bolsonaro.
“A través de sus palabras y acciones, Bolsonaro le ha dado una luz verde a grupos criminales que están destruyendo la Amazonia y ha puesto a los defensores de la selva en grave riesgo”.
Durante el gobierno de Bolsonaro, la deforestación prácticamente se duplicó frente al mismo periodo de 2018, según datos oficiales; mientras que los incendios desatados en agosto fueron los peores de la década. Bolsonaro ha defendido la explotación de los recursos de la selva, ganándose fuertes críticas de la comunidad internacional.
