jueves, 12 diciembre 2024
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Águilas, osos y dragones: nuevo balance de poder en el sistema internacional del Siglo XXI

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Por Fabrizio Nuñez

En la actualidad, los Estados Unidos, el Estado con mayores capacidades relativas dentro del sistema internacional unipolar, halla desafiada su hegemonía mundial por dos países en concreto. China ha establecido mecanismos políticos, económicos y militares que están haciendo ascender su posición en la estructura internacional. De igual manera Rusia. En el lado financiero, el dólar estadounidense y los sistemas asociados a él están siendo desafiados por alternativas no occidentales. Por tanto, el sistema internacional y el modelo financiero mundial están en declive, dando lugar a un sistema internacional multipolar y a un modelo financiero mundial posoccidental.

El sistema internacional unipolar se encuentra en detrimento debido a que los Estados Unidos están perdiendo hegemonía. En primer lugar, se encuentra los factores internos. La disparidad y fragmentación social, la polarización política, el decaimiento de su gobernabilidad, y la desconfianza de la ciudadanía hacia su propio gobierno han mermado la superioridad autopercibida y los valores promulgados por Washington.

En segundo lugar, las políticas monetarias estadounidenses han causado su propio declive financiero y el de gran parte del mundo. El final de la burbuja puntocom en 2001 se basó en bajar las tasas de interés y aumentar la deuda pública con el objetivo de resucitar la economía, cuyo desenlace fue la burbuja inmobiliaria de 2008, la cual generó la crisis de 2009. Actualmente, sufre la desaceleración por la pandemia.

En tercer lugar, están los factores propios de los cambios en el sistema internacional. Actualmente, se está configurando un aumento de la hegemonía mundial de China a través de la creciente expansión de sus capacidades relativas como Estado, al igual que Rusia. Tales capacidades se expanden dentro de lo militar, político y económico, cuyo resultado es el cambio de la estructura del sistema internacional. En menor medida, otros países como India, Corea, o Brasil parecen adquirir hegemonía dentro de sus respectivas regiones.

En cuarto lugar, se halla las determinantes tecnológicas. Aun cuando los Estados Unidos están a la vanguardia en ciencia y tecnología, China, Alemania, Rusia, Corea y otros países comparten liderazgo e innovación, lo cual implica que el país norteamericano está perdiendo el liderazgo mundial que tuvo durante la revolución de las tecnologías informáticas que sostuvo durante el decenio de los 80 y los 90.

Por otra parte, Rusia y China están ganando poder político y económico frente a los Estados Unidos. Por su lado, China ha adquirido mayores capacidades militares frente a Washington en el Pacífico Occidental al apostar nuevas armas contra portaaviones en esa región. Además, los programas espaciales y de ciberseguridad chinos ponen un desafío a las telecomunicaciones, la vigilancia global y las operaciones cibernéticas del país norteamericano, lo cual constituye una amenaza a la hegemonía estadounidense.

En cuanto a Rusia, se puede encontrar ciertas maniobras que han expandido su influencia a nivel internacional. Cabe destacar las relaciones de cooperación mas no de competencia, del Kremlin con Pekín, denotando así la búsqueda del balance de poder dentro de un sistema multipolar. Militarmente, Rusia ha demostrado las capacidades militares de una gran potencia, como en la Guerra ruso-georgiana, la anexión de Crimea, o la guerra en Ucrania. Estratégicamente, Moscú prefiere el multilateralismo, en vez de cualquier unilateralismo o confrontación, a través de organizaciones internacionales como BRICS, la Organización de Cooperación de Shanghai, o el G20.

A raíz de las sanciones financieras de Occidente, Rusia ha acudido a alternativas transaccionales libres de cualquier interferencia. Moscú ha optado por usar el Sistema de Pago Interbancario Transfronterizo chino (CIPS), cuyo resultado es un mayor acercamiento entre los mercados ruso y chino, basado sobre el yuan. Tal consecuencia, refuerza el papel de base cambiaria del yuan en el mercado regional euroasiático, a la vez que se propicia y se incrementa los intercambios comerciales entre Rusia, China y los países afiliados al CIPS.

Asimismo, Rusia ha desarrollado sus propios sistemas de transferencia bancaria. En 2014, Moscú comenzó el desarrollo de su Sistema de Transferencia de Mensajes Financieros (SPFS), con el fin de ganar autonomía financiera. Del mismo modo, el país eslavo ha creado una red de transferencias bancarias basada sobre criptografía y blockchain, llamada CELLS. Está diseñada como un sistema de pago digital de reemplazo completo del sistema SWIFT, proporcionando transacciones de alta velocidad, seguras e irrevocables. Supone la admisión de pagos en múltiples divisas, con una capacidad de procesamiento estimada en 100 000 transacciones por segundo.

Lo anterior, implica cambios en el actual modelo financiero mundial. Debido a las nuevas relaciones e intercambios comerciales, bancarios y financieros producidos por los bloqueos occidentales hacia Rusia, han surgido sistemas transaccionales alternativos a los dominados por el dólar estadounidense. Como consecuencia, el rublo y el yuan muy probablemente comenzarán a cotizar como divisas de reserva en sus regiones respectivas y en el mundo.

En el mercado cambiario mundial, el dólar se está devaluando cada vez más a causa de la emisión masiva de especie monetaria a partir de 2020, y la consecuente inflación mundial. Debido al COVID-19, la Reserva Federal compró una amplia gama de bonos del Tesoro e inyectó volúmenes extraordinarios de liquidez en los mercados financieros. Como resultado, la inflación en los Estados Unidos comenzó a aumentar a principios de 2021 a un 8.5 % respecto a 2020.

El efectivo en circulación dentro del país norteamericano aumentó en 212 800 millones de dólares entre junio de 2020 y junio de 2021. En contraste, entre junio de 2021 y el primer trimestre de 2022, el efectivo en circulación aumentó en 226 300 millones de dólares. El resultado es que, la inflación promedio de los Estados miembros de la Unión Europea alcanzó el 7.5 % en marzo de 2022, frente al 5.9 % de febrero del mismo año. La inflación ahora supera el 5 % entre el 58 % de todas las economías industrializadas.

A causa de la corriente devaluación del dólar estadounidense y la inflación que sufre gran parte de los Estados, el oro ha cumplido el rol de reserva de valor internacional en dos ocasiones. Primero, en septiembre de 2020, al alcanzar los 2073.41 dólares en su cotización, debido a la desaceleración económica provocada por los confinamientos en el mundo. Segundo, en febrero de 2022, al alcanzar los 2070.29 dólares en su cotización, causada por el ingreso del ejército ruso en Ucrania, lo cual generó mucha incertidumbre en los mercados financieros.

De manera análoga, los bancos centrales en determinadas regiones del mundo han incrementado sus reservas de oro con el fin de contrarrestar la oleada de devaluaciones. Precisamente, las regiones más afectadas por la inflación y la devaluación del dólar son las que actualmente acumulan más tonelaje de oro. En primer lugar, Europa Occidental con 11 779 toneladas. Luego, América del Norte con 8133. Le siguen Europa Central y del Este con 3 377. Y, Extremo Oriente con 3 332.

A raíz del declive inminente de la hegemonía y el dólar estadounidense, China y Rusia están conformando, desde hace años, un incipiente sistema multipolar basado sobre organizaciones internacionales fuera del sistema de Bretton Woods. Dichos Estados han introducido una serie de nuevas organizaciones internacionales y regionales, destinadas a redefinir los entendimientos internacionales. Entre tales organizaciones están el bloque BRICS (Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica), la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (CSTO), la Organización de Cooperación de Shanghái (CSO), la Unión Económica Euroasiática (UEEA), y el Banco Asiático de Inversión en Infraestructura (AIIB).

De tal forma, Moscú y Pekín están proyectando capacidades económicas, políticas y militares sobre sus respectivas regiones inmediatas. En el caso de Rusia, su influencia está proyectándose sobre Europa del Este, Asia Central, y el Cáucaso. En cuanto a China, proyecta su influencia sobre el Sudeste Asiático, Asia Meridional, el Archipiélago Malayo.

En conclusión, los factores sociopolíticos, monetarios, de estructura del sistema internacional, y tecnológicos, están causando el declive de los Estados Unidos, lo cual puede dar paso a un sistema internacional multipolar. Luego, China y Rusia están escalando posiciones dentro de la estructura del sistema internacional. Esto, impulsado por los bloqueos de Occidente hacia Rusia, cuyas consecuencias han favorecido dinámicas multipolares. Asimismo, el modelo financiero mundial está en decaimiento a causa de la devaluación del dólar estadounidense y la inflación generada por éste.

Por tanto, han aparecido mecanismos financieros nuevos, como el CIPS chino, o el SPFS y el CELLS ruso, los cuales podrían generar un nuevo modelo financiero mundial posoccidental. A su vez, el establecimiento de nuevas organizaciones internacionales, como la OSC, BRICS, la CSTO, la UEEA, o el AIIB, podrían llegar a cimentar un nuevo sistema internacional multipolar.

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Fabrizio Nuñez
Fabrizio Nuñez
Lic. en Relaciones Internacionales de El Salvador; Investigador social en temas de derecho, economía, política y finanzas Columnista y colaborador de ContraPunto

El contenido de este artículo no refleja necesariamente la postura de ContraPunto. Es la opinión exclusiva de su autor.

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