lunes, 13 mayo 2024

Uvas piuranas: El economista, la perungara y el cerrajero de Budapest

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Por: Hans Alejandro Herrera Núñez


Perú es un problema y una posibilidad. Así lo entendió un oscuro profesor europeo, un rector y un diplomático. A través de un economista y una misterioso traductora de húngaro viajamos al pasado para conocer los secretos del desarrollo económico de una de las regiones con mayor desempleo en 2002 y que ahora es ejemplo Internacional de desarrollo a través del boom de la agroexportación.

California, circa 1970. Después de dar una conferencia con viticultores sobre la uva, el profesor Lakatos es presentado ante un norteamericano de su misma edad. Así que usted ser de Hungría. Le dice el gringo. Mi también haber estado allí. ¿En serio? ¿Cuándo? Le pregunta el profesor. De 1943 a 1945. ¿Cómo es posible eso sí fue durante la guerra? Le pregunta atónito el profesor. El gringo le responde: Oh, es que mi ser piloto e ir con escuadrón a bombardear Hungría para liberarlos de los nazis. El profesor Lakatos se queda atónito, algo se remueve en su estómago. Aquel gringo resultó ser algo más que un viejo conocido. Apretando los puños el profesor abandona rápido el lugar sin despedirse de nadie. Cuando horas más tarde en un bar el gringo y sus demás colegas se preguntaron que había ocurrido aquella noche con el húngaro, nadie supo dar una respuesta, hicieron como se hace con las cosas que no se entienden. Simplemente lo olvidaron.

Febrero de 1945. Budapest. Los rusos se encuentran a cien kilómetros. En la universidad un joven investigador húngaro se encuentra en el invernadero observando una extraña cepa de uva tropical. El invernadero como la universidad es un legado del otrora imperio austro húngaro, una casa de cristal para plantas y flores más delicadas que la emperatriz Sissi. De repente las sirenas empiezan a sonar. ¡Todos al refugio! El joven investigador toma sus apuntes y parte, no sin antes dar un último vistazo a esa extraño pedazo del trópico. Pareciera como si la planta le quisiera hablar. Pero ya oye los aviones sobre él. Estos aviones no son rusos, piensa al oír que la muerte hoy suena distinta a ayer. El investigador deja el invernadero, no hay tiempo. Corriendo a través de pasillos adornados de los bustos de los grandes científicos y artistas del pasado húngaro, el muchacho alcanza un sótano y se encierra allí justo cuando las bombas empiezan a caer una a una.

Horas después el joven investigador se encuentra paseando sobre los escombros de su universidad. Al fondo no queda nada. Solo cenizas de flores y cristales rotos. El invernadero de tiempos del Káiser Josef ha desaparecido. En su bolsillo solo quedan los apuntes y un dibujo tosco de una fruta de característica tropical.

El economista

Lima, 2023. En el café Haití, el economista agrario y ex gerente de Agrobanco, Carlos Ginocchio se toma una coca cola. Es verano y la ciudad está llena de marchas. En medio de la crisis política es difícil encontrar buenas noticias. Entonces recurrimos al pasado. Seré honesto, mi presente investigación sobre todo este asunto de la uva piurana parte de un rumor que me contó un pajarito, al cual creí en un primer momento exagerado hasta que revisando en la internet encontré un artículo económico especializado. Cuando una historia es muy buena uno sospecha, pero cuando encuentras un artículo que te habla en números y los números son tan enormes que no puedes ignorar la evidencia, entonces tu viaje cobra impulso y toma un nuevo rumbo. El autor de ese artículo económico de 2014 es Carlos Ginocchio, y refiere a los acontecimientos de 2000 a 2002 y su espectacular impacto en la región Piura.

“Antes que empezara esto muchos no creían que pudiera haber uva en Piura”, me comenta Ginocchio. “Pero fíjate que si se dio la uva. Pocos recuerdan que en los años 60 el grupo Romero tenía viñedos en el norte, que producían vino y hasta un tipo de pisco. Entonces la uva si pegaba allí. Hoy en día, aún cuando no tengo los datos actualizados, estimo que la producción de uva de Piura debe estar igualando a la de Ica (en el sur de Perú y con mayor producción en esa fruta).”

Ginocchio confirma que fue a través del embajador de Perú en Hungría, Guillermo Russo que se pudo contactar y facilitar la llegada de Lakatos al Perú.

“La triangulación diplomacia, universidad e inversión privada en el caso de la uva globe en Perú es un caso único. Porque ese caso proviene de un embajador con raíces piuranas.” Y es que en provincias son más fáciles o accesibles las relaciones entre unos y otros. Ello facilita traer a Lakatos a Perú.

“¿Por qué se lanza el empresario a invertir? Primero porque ve que hay mercado, segundo encuentra que el clima lo permita y tercero la legislación le favorece. Como ya no había reforma agraria en el norte y por esa época se promovía la agroexportación, es que los empresarios se lanzan a cultivar. Porque de haber compartido esa idea ahora con los líos que hay, los empresarios dirían, espera, que se calmen las cosas y veremos. Porque insisto, el empresario invierte para ganar. Otra razón que permitió que se diera la inversión para el cultivo de la uva en ese momento fue que en ese momento se estaba trayendo a Lakatos, es decir al experto, que no es otro que el que aporta la tecnología. Entonces más que coincidir las estrellas (mercado, clima, legislación y experto), coincidieron las personas.”

Para Ginocchio fue fundamental el enfoque al mercado asiático gracias a una astuta observación de una vieja superstición oriental: “Un técnico que trajo Lakatos de Petrolina les recomienda a los cultivadores de uva hacer una cosecha en vez de dos al año y así vean la ventana de mercado. El tema de mercado es un tema en que la mayoría de productores no lo ven porque están más preocupados en producir. Un producto por muy bueno que sea, por mejor que sea la calidad si no tiene mercado no sirve para nada. Uno produce para vender no para decir que es el mejor.”

Pero ¿Por qué una sola cosecha?

“En Piura se determinó sacar solo una cosecha anual porque si bien voy a producir menos, voy a coincidir también con una época en que viene el año nuevo chino. Y en el año nuevo chino soy el único que produce uva en el mundo. Es decir en el mes en que hay menos uva en el mundo puedo sacar más rendimiento. Porque estamos hablando de la uva red globe. En China existe la costumbre en que el año nuevo chino tu tienes que regalar doce uvas rojas a tu mamá, a tu novia, hijos, amigos, etcétera. Por eso sin que la producción fuera enorme a nivel de más cosechas al año, se permite ganar más al correr solo en China. Porque tienes a 1300 millones de chinos comprando uvas para regalar a otros cuatro, cinco o doce chinos más en su año nuevo.”

Literalmente un negocio redondo.

La traductora de húngaro

“Gota a gota el agua se Agota”. Si uno pasa por la Panamericana Sur en Lima puede leer ese slogan de la compañía de agua que hace gracia a una simpática fumadora húngara. Ágota Teréz Horváth Babinszky. O simplemente Agota, es una mujer con una historia más larga que la Panamericana y que sin embargo no se agota. A los seis meses de nacida tuvo que ser escondida junto a su madre y hermana mientras su padre se iba a luchar en la resistencia contra los tanques rusos que aplastaban Budapest en el fatídico 1956. Quienes sabemos un poco de Historia recordaremos que la Historia de Europa es una larga lucha y precio en sangre por cada kilómetro cuadrado del viejo continente. Desde el mar Egeo hasta las montañas de Escocia, Europa ha estado empapada en sangre. La otrora Panonia romana no ha sido la excepción.

Agota tiene la edad de mi madre, en su brazo está marcado una extraña arruga que según me cuenta es un lunar de su herencia como descendiente de ATILA el HUNO. Cuando se baja las gafas de sol puedo reconocer en sus ojos que hay algo de bárbara en ella. Femen indomitus est!

Esta mujer llegó a Perú en 1981 junto a su hijo, su perro y su ex marido cansada de tanto comunismo y tanto ruso. En 1993 Agota regreso a Hungría cansada de tanto apagón, coche bomba y terrorismo en Perú. Entonces la Rendszerváltás , la revolución húngara de 1989 había devuelto la libertad a los magiares. La reforma tranquila fue resultado de la amarga experiencia del otoño húngaro del 56 que muchos, incluído Agota no olvidan.

En esos años de regreso a la patria, Agota se desarrolló cómo traductora multiusos para la embajada de Chile. Fue allí que se ganó el mote de doña perungara. De un carácter especial, Agota se encaraba pico a pico con el huaso embajador chileno sobre el origen del pisco, la procedencia del ceviche o incluso la empanada chilena. Sin embargo su profesionalidad y actitud honesta le hicieron ganarse el respeto de la delegación mapuche.

“Cómo dicen en Hungrías, indios no hay en todas partes, pero hungáros si”

Como Agota ya tenía la nacionalidad peruana y frecuentaba la colonia de Perú en Hungría es que conoce al embajador peruano, Guillermo Russo. “Entonces embajador Russo pedir consejos sobre cultivo de uva. Preguntar franceses, preguntar italianos. Entonces saber de Lakatos y buscar”.

En esa época en todo el planeta existían tres expertos de cultivo de uva en clima tropical: un estadounidense, un alemán y el más viejo de todos, el todopoderoso Lakatos.

Dato de trascendental importancia. La uva es un fruto del medio oriente, y por ende es propio de climas templados. Después de su cosecha la parra descansa en invierno. Entonces la pregunta es ¿cómo lograron cultivar uva en el trópico donde no hay invierno? Para Agota que es una experta en genérica y biología la gente, los animales y las plantas se hacen según el clima.

En una cafetería vacía cerca a la universidad de Lima en Perú, Agota recuerda la historia de Lakatos, el hombre de la uva. “Durante dieciséis años profesor Lakatos trabajar en Petrolina, Brasil. Entonces gobierno húngaro y gobierno brasileño hacer contrato para investigar cultivo de uva en el noreste brasileño. Como Lakatos ser jefe de un equipo de agrónomos es que plantar uvas en el trópico a pesar de ser tierras de alta salinización. El profesor Lakatos había viajado por el mundo investigando la uva. De California a la India. Hay que recordar que quién fundó los viñedos en California fue también un húngaro. Por otra parte el cultivo de uva ser para gente rica porque requerir mucha inversión. Una hectárea poder costar entre 20 a 30 mil dólares en inversión. Y para producir se requieren unas 500 hectáreas para que sea negocio. Y esa plata estar perdida 3 años cuando se empieza a cultivar. Son tres años de esperar la primera cosecha. Pero volviendo a Brasil, profesor Lakatos revolucionar con su equipo húngaro el cultivo de uva al introducir un patrón de uva tropical traído de India que crece en clima parecido. Profesor Lakatos conocer patrones de cultivo, patrones de salinización y concluir que único lugar semejante ser India, por ser la uva de allá resistente a la salinización. Pero ¿cómo traer entonces uva de India si en esa época no se podía importar? ¡Shh! Secreto.”

Lo que continúa es una historia que recuerda a una película de James Bond, que transcurre desde los rezagos del imperio colonial francés, una experta en patrones de uva del sur de Francia y un espía industrial disfrazado de hippie con una maleta. La ventaja de ser experto como Lakatos es que en tu campo conoces a todos. Y el mundo de la uva es un mundo que abarca el Mundo. En la mitología griega se recuerda que Dionisio llegó a Grecia después de conquistar la India y traer la uva y mostrárselo a los dioses olímpicos. Esta historia es una metáfora perfecta para Lakatos que repitió la misma hazaña.

“Fue tal el éxito que gobierno de Brasil dar medalla de Cruz del Sur a Lakatos. Petrolina fue un boom. Entonces exportar a Asia, a Hong Kong, Japón, Taiwán. Entonces peruanos enterarse y a través de embajador Russo contactar a profesor Lakatos”.

Es entonces que Agota regresa con el profesor Lakatos a Perú en búsqueda de confirmar una intuición.

“Anécdota. Viajando por Perú con profesor profesor, yo, hacendado local e hijo estar en restaurante, y de repente entrar ladrón con pistola en la mano. Todos quietos. Yo pensar: ya perdí. Pero profesor Lakatos ver ladrón y seguir comiendo tranquilo. Ladrón no acercarse a nosotros, ir a la caja, robar e irse. Profesor preguntar: ¿Se acabó el show? Profesor pensar que ser espectáculo para turistas, porque viajando a Egipto haber espectáculo donde se interpreta secuestro de una mujer a caballo, y él pensar ser todo un show”. En otra anécdota del profesor, Agota cuenta que llegando a un pueblito del norte en dirección a una hacienda el profesor y ella iban en un Jeep. “Entonces en la carretera aparecer mucha gente, señoras, niños, todos con banderitas del Perú haciendo un cordón para saludar. Profesor Lakatos emocionado, pensar que esto hacer en su honor. Pero no. Resulta que ese día llegar ministro Waisman y gente pensar que el que llegaba era ministro. Cuando el carro pasar cerca a la gente caras de señoras y niños pasar de la alegría a la decepción. Se habían confundido de gringo. Y profesor Lakatos no entender.”

El profesor Lakatos tiene muchas aventuras en Perú. Agota como una especie de Sancho Panza Huna acompañó al profesor a través de conferencias, expediciones a los valles y vuelos en avión de 16 horas. Toda una aventura junto a un hombre ya mayor pero macizo como los Cárpatos. “Profesor Lakatos ser hombre alto, fuerte pero tímido. Muy amable, sereno. Decirme una vez sobre la uva de Piura cuando recién empezaba su investigación que estaba seguro que daría en el norte de Perú y que sería un éxito, porque la planta le hablaba”. El profesor no era ningún supersticioso, sabía tan bien su oficio que su relación con la uva era personal. Y su amor por los peruanos fue tan generoso que hizo un trabajo muy minucioso en sus métricas de dosis de agua, sal y nutrientes para que los cultivos no fracasarán. “Él decirme, aquí mucho aumentar un “poquito” ¿Qué es poquito? Entonces profesor esmerarse el doble y dar cantidades exactas al milímetro”.

Muchos sacaron gran provecho y transformaron Piura con los conocimientos del profesor. Empresarios como Mustafá o Reynaldo Hylbk supieron oler el negocio y salvar a su región del retraso económico en que se hallaba en el 2001. Sin embargo nada sería posible sin esa minuciosidad de este húngaro generoso.

Para Carlos Ginocchio este caso es ejemplar y único. “¿El piurano de ahora sabe quiénes fueron los tayanes? Si no saben de Historia del Perú menos sabrán quién fue Lakatos y la historia de la uva en su región. O mejor, aún, ¿conoce el limeño cómo se formó Gamarra o Villa el Salvador?” Hay historias que no se deben perder.

Más que se conozca un modelo exitoso como el caso de la uva en Piura, se trata de quiénes estuvieron implicados. La historia la hacen las personas. Y son otras personas las que se inspiran. Solo así podemos desarrollar.

Según Ginocchio: “En 2019 Perú tenía 20 cultivos de agroexportación que estaban en los diez primeros lugares en el mundo como el espárrago, kion, mango, quinua y la uva red globe. Por otro lado cuál es el sector del que se habla más de Perú en el mundo además del turismo, pues de la gastronomía, y la gastronomía peruana ha alcanzado ese nivel por los cultivos peruanos. El ceviche no sería sin el limón de Chulucanas el mismo. Porque nosotros tenemos 84 de los 110 microclimas del mundo. Nosotros tenemos para sembrar todo”. Solo hacen falta otros Lakatos. “El siguiente paso ahora es exportar valor agregado porque las puertas ya están abiertas.”

Pero terminemos ya. Paso la palabra a la traductora, el puente entre Lakatos y Perú: “En su viaje a Perú yo acompañé al profesor, así que siempre parábamos en hoteles y un día se le pierde la llave. Y no sabemos cómo abrirlo. Así que le digo: pero señor, qué Lakatos es usted que no puede abrir una puerta de hotel. En húngaro Lakatos significa cerrajero. Siendo Lakatos moriría de hambre y sin embargo abrió otras puertas.” Y en efecto la uva nos abrió muchas puertas.

“Quien sabe es para pocos. Y la grandeza es sencilla”. Ágota Teréz Horváth Babinszky.

Dedicado al profesor Lakatos, a Alberto Taksony y a los amantes del Chardonnay.

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Hans Alejandro Herrera
Hans Alejandro Herrera
Consultor editorial y periodista cultural, enfocado a autoras latinoamericanas, Chesterton y Bolaño. Colaborador de ContraPunto
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