El presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, anunció también que se ordenó el cierre de los bares y restaurantes a la medianoche y la cancelación de los actos protocolares de fin de curso en la enseñanza aunque las clases, en todo el sistema, se mantendrán hasta mediados de este mes de diciembre.
A las empresas privadas se les sugiere imponer el sistema de teletrabajo y aumentarán los controles en los servicios de transporte de pasajeros, ya que hubo muchas denuncias de incumplimientos de las medidas de prevención.
No habrá restricciones a las actividades al aire libre, pero el presidente Lacalle Pou remarcó su preocupación y una vez más apeló a la responsabilidad de sus compatriotas para que se autocontrolen y respeten al máximo los protocolos sanitarios.
El Grupo Asesor de Científicos Honorarios (GACH), que supervisa el proceso de la pandemia y sugiere las medidas políticas, recordó que el 5 de noviembre hubo una advertencia sobre los riesgos del aumento de casos en el país.
El científico Fernando Paganini dijo hoy en la misma rueda de prensa con el presidente, que "desde entonces se ha producido un crecimiento acelerado de los contagios y el control (que se viene aplicando) está amenazado".
De acuerdo a los últimos datos de las autoridades sanitarias del gobierno, Uruguay está en zona amarilla un promedio de 350 casos semanales, pero ingresaría en zona naranja, con un promedio de 900 casos semanales.
Con 3.621 análisis realizados este martes 1 fueron detectados 168 nuevos casos de coronavirus, de los cuales 104 son de Montevideo y 31 de Canelones, el departamento vecino y segundo más poblado del país. El esto está diseminado por los otros 17 departamentos (provincias).
También hoy se confirmó la muerte de un paciente de 82 años, en la ciudad de Rivera, fronteriza con Brasil, elevándose a 78 el número de decesos por esta causa.
"Queremos llegar a fin de año sin haber ingresado a la zona naranja", indicó el presidente Lacalle Pou, lo que considera que hay que desafiar a las estadísticas, "algo posible de realizar", si todos los ciudadanos contribuyen.
El gobierno uruguayo quiere aspira a que las fiestas tradicionales de fin de año se puedan desarrollar "en las mejores condiciones" y no tener que tomar medidas más restrictivas, como el confinamiento obligatorio, extremo que no se aplicó nunca desde marzo, cuando aparecieron los primeros casos de Covid-19.
La situación se monitorea diariamente y el próximo viernes 18 se hará una evaluación global y se decidirá los pasos a seguir.
Uruguay está pendiente de lo que pueda pasar con el turismo, una de sus principales "industrias", ya que la temporada alta arranca en enero y se prolonga hasta inicios de marzo, en lo que es el verano en este hemisferio.
Hay expectativa por lo que pueda pasar con las fiestas tradicionales de navidad y fin de año, con el carnaval, que arranca a fines de enero y se prolonga hasta principios de marzo, y con las actividades deportivas, locales e internacionales, que venían normalizándose estos días.