Una nueva caravana de migrantes ha partido desde Honduras hacia Estados Unidos, pese a las medidas restrictivas y los acuerdos suscritos por la Administración de Donald Trump con los países centroamericanos y a los riesgos que supone el viaje, según informan los medios locales.
Los primeros migrantes salieron desde la ciudad de San Pedro Sula, la segunda ciudad de Honduras, el lunes por la tarde y se espera que otros más les sigan, ya que en la estación de autobuses se han ido concentrando numerosos de ellos.
Según el diario ‘La Prensa’, a última hora del martes había unas mil personas y los planes eran iniciar el viaje hacia la frontera con Guatemala durante la madrugada de este miércoles.
Como en las anteriores caravanas, un fenómeno que comenzó en 2018 y con el que los migrantes buscaban viajar más seguros al hacerlo en grupos numerosos, los argumentos ofrecidos por quienes se han decidido a partir hacia Estados Unidos coinciden con la falta de oportunidades y la inseguridad imperante en los países del llamado Triángulo Norte –Honduras, El Salvador y Guatemala–.
"No tengo trabajo desde hace ocho meses, trabajaba de empleada doméstica. Espero llegar, trabajar y ayudarle a mi mamá", ha contado al diario Sonia López, quien viaja junto a otras 40 personas provenientes de una localidad en El Paraíso, en el sur de Honduras, y que ha dejado a su hija de 10 años al cuidado de su padre.
"Vamos buscando un futuro para los hijos, la oportunidad de tener un trabajo, tranquilidad y darle lo mejor a los nuestros", ha contado al diario ‘El Tiempo’ Francisco Conor, un nicaragüense casado con una hondureña y que reside en Honduras. Él y su mujer, Darlen, pretenden iniciar el viaje con sus tres hijos de 8, 4 y 2 años.
"Aquí no se hace nada, lo que se nos viene a la mente es hacer cualquier cosa con tal de darle de comer a nuestros niños, pero no estamos para eso", ha añadido, asegurando que si se marchan es "porque tenemos necesidad".
Su mujer, que nunca ha podido ejercer su profesión de maestra de primaria desde que se graduó en 2011, ha destacado que "la educación cada día se vuelve más cara" y que "no hay medicamentos". "No hay recursos para todo", ha lamentado.