El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, restringirá la cooperación que su Gobierno tiene preparada para los países del Triángulo Norte centroamericano: El Salvador, Honduras y Guatemala, según confirmaron fuentes del Gobierno. El motivo de mantener esta postura es por la falta de efectividad para combatir la migración masiva de centroamericanos, aunque en condiciones irregulares, hacia el país que Trump gobierna.
El anuncio ya lo ha hecho en ocasiones anteriores el mismo mandatario. En marzo, Trump ordenó cortar suspender US$615 millones en asistencia para estos países. El lunes 17 de junio, el Departamento de Estado de los Estados Unidos anunció que luego de estudiar la situación, la administración Trump tomó la decisión de continuará con US$432 millones en proyectos y donaciones que estaban previamente aprobadas, según publicó Associated Press. El resto ““los US$183 millones que quedan”“ se mantendrá pendiente de desembolso hasta que se hagan consultas con el Congreso, indicó el Departamento de Estado.
Los US$432 millones vienen desde el presupuesto de 2017 y se enfocarán en las áreas de salud, educación, alivio de la pobreza y esfuerzos de combate al crimen. Alrededor de US$370 millones que corresponden al presupuesto 2018 no se desembolsarán, sino que se moverán a otros proyectos, agregó el Departamento de Estado.
El anuncio llegó luego que Trump arremetió con duras críticas contra El Salvador, Guatemala y Honduras porque miles de naturales de esos países han pedido asilo en la frontera que separa a México de Estados Unidos, de acuerdo a CNBC y la agencia Reuters.
Morgan Ortagus, citada por Reuters, dijo a los reporteros que no se aprobarán más fondos para las naciones del Triángulo Norte centroamericano hasta que sus gobiernos hagan esfuerzos “satisfactorios” para reducir la cantidad de migrantes que intentan llegar hasta la frontera de los Estados Unidos.
Los legisladores estadounidenses ya se han opuesto a esta medida de la administración Trump, por considerar que es demasiado cruel y que no corresponde con el objetivo de mejorar la calidad de vida de esas personas, para evitar que busquen superarse en otro país.
Pero, además, Trump ya está cabildeando y promoviendo con intensidad su imagen para volver a ser candidato y competir en las elecciones de 2020. El discurso antiinmigrante fue una de sus fórmulas más exitosas en 2015 y 2016, cuando sorprendió como candidato del partido Republicano.