San Salvador ha amanecido en tensión. El enfrentamiento entre los órganos Ejecutivo y Legislativo sigue grueso. Es un momento de gran incertidumbre en esta pequeña e históricamente convulsionada nación centroamericana.
Las planas de los dos periódicos de mayor circulación, los conservadores El Diario de Hoy y La Prensa Gráfica, hablan de la militarización en los alrededores del palacio legislativo, a donde el Consejo de Ministros convocó a una plenaria extraordinaria a todos los diputados para aprobar un préstamos internacional girado para la Seguridad Pública, que los representantes parlamentarios se han negado a aprobar.
Llegar o no a la convocatoria del Ejecutivo es el dilema hasta ahora planteado para los diputados, en especial para los opositores de los partidos tradicionales de la derechista Alianza Republicana Nacionalista (ARENA) y del izquierdista Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), que dominan aritméricamente el congreso.
Llamados de todos los confinen llegan a El Salvador en medio de la tensión política, que no tiene precedentes en los últimos 28 años de posguerra.
Un comunicado de la comisión de derechos humanos de la ONU llama al diálogo y al pleno respeto a la institucionalidad democrática, quizá previendo al llamado que el Ejecutivo ha hecho esgrimiendo la vigencia del poder insurreccional del pueblo que contiene el artículo 87 de la Constitución de la República, en caso que los diputados desoigan la convocatoria para la tarde de este domingo asoleado y caluroso.
Llamados a la cordura llegan también de la embajada de Estados Unidos en El Salvador, de la Organización de Estados Americanos (OEA), la Federación Iberoamericana del Ombudsman, y otros.
Las universidades Francisco Gavidia (UFG) y la Centroamericana (UCA), también han hecho llamados al diálogo para resolver el conflicto, además de interponer los buenos oficios de la Academia para llegar a un nuevo “acuerdo de Nación”, a fin de solucionar temas no resueltos que apremian al país como la violencia, la crisis económica, social y ambiental, entre otros.
En la calle se respira un ambiente raro: tranquilidad tensa. El palacio legislativo rodeado de militares no es costumbre de apreciar, aunque si movilizaciones militares y policiales en sus vehículos y de a pie.
Los accesos al llamado Centro de Gobierno están prohibidos a no ser a los diputados y medios de prensa que van a cubrir los eventos. En calles aledañas al Legislativo se han colocado tarimas y se espera al pueblo que llegará supuestamente a “corregirle la plana a los diputados”. Fuentes cercanas al gobierno prevén una grande movilización.
Simbólico: en la madrugada, casi empezando este domingo el Observatorio Ambiental registró un fuerte sismo de más de 5 grados en la escala de Richter… Con 7 grados o más, el simple movimiento telúrico se convierte en terremoto, lo que los salvadoreños es lo menos que esperan de esta jornada de mediciones de fuerza políticas y choque de poderes del Estado.