Telefónica ha instalado un nuevo cable submarino de fibra óptica que une a Argentina con Estados Unidos y Centroamérica para proveer comunicaciones de telefonía e Internet.
Cada vez más, maravillan las tecnologías que usan las empresas para mejorar su productividad y la de los dispositivos móviles; permiten a los usuarios una conectividad con una rapidez que hace 5 años muy pocos soñaban. Sin embargo, no siempre se tiene presente la infraestructura primaria y esencial para que la conectividad total, internet, llegue a los trabajos y a los hogares: los cables submarinos de fibra óptica.
La capacidad y potencia de la conectividad de banda ancha internacional de Latinoamérica está llegando a un nivel crítico, producto de la alta demanda que está experimentando la región, con 179 millones de usuarios de internet que representan el 30% de la población, en penetración de telefonía celular, conexiones a internet móvil y los cada vez más populares smartphones y todas sus aplicaciones en la nube que ello conlleva.
Este auge del consumo móvil, genera una enorme cantidad de datos e información que, según los expertos, no podrá soportar la capacidad instalada de la red latinoamericana de acceso a internet. La solución: nuevas redes de fibra óptica (o satelitales) que otorguen el ecosistema necesario para el crecimiento de la industria TIC de la región, generen competencia que abaraten los costos de las suscripciones y entreguen autonomía a los gobiernos en el manejo y acceso a información estratégica.
En un comunicado, Telefónica ha explicado que el cable "South American -1" cuenta, para mayor seguridad, con cuatro rutas terrestres alternativas y separadas de fibra óptica, con dos salidas hacia el océano Atlántico y dos hacia el océano Pacífico.
En el Atlántico, la estación de amarre de los cables submarinos se encuentra en la localidad de Las Toninas, provincia de Buenos Aires, un lugar elegido "porque su lecho marino carece de piedras y otros elementos que puedan afectar a los cables".
Esta conexión rodea la costa sudamericana y conecta a varias ciudades, hasta llegar a América del Norte.
En el Pacífico, la salida de la red se encuentra en la ciudad chilena de Valparaíso, cerca de la capital del país, conectada por vía terrestre a través de dos rutas que atraviesan la provincia argentina de Mendoza, al oeste del país.
Estas conexiones de fibra óptica, según explica la nota, se construyen con forma de anillo para evitar posibles cortes.
Además del nuevo cable submarino, Telefónica también cuenta en la región con otro, al que llama "Unisur 2.0", que une Argentina con Uruguay.