spot_img
spot_img

Sigue despejado el camino para el partido colorado de Paraguay 

¡Sigue nuestras redes sociales!

"El Partido Colorado de Paraguay consiguió despejar aún más el camino para seguir gobernando a voluntad por los próximos 5 años": Carlos Castillos.

spot_img

Por Carlos Castillos.

El conservador Partido Colorado de Paraguay reafirmó su hegemonía y consiguió despejar aún más el camino para seguir gobernando a voluntad por los próximos cinco años. Ganó ampliamente las elecciones nacionales de este domingo que, además del Presidente del país, tendrá mayorías en las dos Cámaras del Congreso Nacional.

Los comicios convocaron al 63,4 por ciento de los 4,7 millones de ciudadanos habilitados para votar y el ganador resultó el economista Santiago Peña, con 1,3 millones de votos, el 42,74 por ciento del total de votos emitidos.

Una coalición de partidos y grupos de centro derecha, centro y la izquierda, que encabezó el liberal Efraín Alegre sumó 830.842, el 27,48 por ciento y sepultó las ilusiones de sus seguidores que confiaban en torcer un poco la historia y desplazar a los “colorados” del gobierno.

Con estos resultados las primeras impresiones de algunos analistas y observadores son que en Paraguay no va a cambiar nada. Todo seguirá igual, especialmente los problemas endémicos que enfrenta ese país.

Uno de ellos es la corrupción, enquistada en todos los órdenes de la vida nacional, con todas las derivaciones que se puedan suponer. El narcotráfico, la violencia, los secuestros, las presiones, las prebendas, son asuntos que a diario tiñen de gris a ese país sudamericano, de poco más de 6 millones de habitantes.

En un intento por lavar esa imagen y mejorar en algo este estado de cosas, en el año 1999 se conformó el Consejo Impulsor del Sistema Nacional de Integridad (CISNI) con la finalidad de promover el Plan Nacional de Integridad – PNI –.

En el documento fundaciones se estableció que “la corrupción no es solo el producto de la voluntad individual, sino el resultado de un marco institucional de escaso desarrollo normativo y prácticas administrativas deficientes”. 

Allí se reconoce además que la “ineficiencia institucional” crea las condiciones necesarias para el desarrollo de la corrupción, al no existir, o ser precarios, los mecanismos de control en las instituciones públicas y privadas.

Una vez, estando en Asunción, la capital del país, le pregunté, fuera de micrófono,  a un influyente ministro cuáles eran los rubros de la economía del país que funcionaban fuera de la ley. Y con un sorprendente sinceramiento y una mueca significativa respondió: “todos”.

“En Paraguay, la corrupción es una realidad que atenta contra el desarrollo y sostenimiento de la democracia” señaló el CISNI y no se vislumbran intenciones claras de modificar este estado de cosas, más allá de los discursos preelectorales.

El actual presidente del Partido Colorado, el ex presidente Horacio Cartes, que gobernó  Paraguay entre 2015 y 2019, fue declarado “significativamente corrupto” por el gobierno de Estados Unidos y sus numerosas empresas bloqueadas y obligadas a desvincularse de este dirigente.

Sin embargo, el electo presidente, Santiago Peña, es considerado el “delfín” de Cartes, ya que fue este político y empresario quien respaldó su carrera, colocándolo primero como Ministro de Hacienda, entre 2015 y 2017 y después impulsado su candidatura presidencial. Sus adversarios lo descalifican llamándolo “el Secretario de Cartes”, aunque él prefiere promocionarse como “el cambio generacional” en el histórico partido conservador.

Los “colorados”, que en realidad se llaman Asociación Nacional Republicana (ANR) gobiernan el país desde su creación, salvo breves períodos. En democracia y en dictadura, como la del general Alfredo Stroessner que dirigió el país con mano dura entre 1954 y 1989. 

En este siglo perdieron el gobierno solamente en el 2008 cuando una alianza progresista impulsó al entonces obispo católico Fernando Lugo, pero los “colorados” conservaron el poder y con todo el aparato institucional a su favor, destituyeron a Lugo en el 2012.

Y hasta ahora no ha aparecido ninguna figura ni ninguna fuerza política capaz de poner en riesgo esa hegemonía casi absoluta, que consigue nuevamente, este domingo, mantener “despejado” el camino, al menos por los próximos cinco años, cuando nuevamente habrá elecciones presidenciales.

Ese camino seguirá transitándose en una situación de “corrupción sistémica” que  “se ha extendido a todos los niveles de funcionamiento del Estado” como lo definió el CISNI en uno de sus documentos.

Mientras este es el panorama “macro” que acapara la atención de analistas y observadores, el 24,7 por ciento de la población sigue sumida en la pobreza extrema, según los datos de la Encuesta Permanente de Hogares Continua 2022 (EPHC),  divulgados por el  Instituto Nacional de Estadística (INE) de Paraguay.

“En términos absolutos representa alrededor de 1 millón 817 mil personas residentes en hogares cuyos ingresos per cápita fueron inferiores al costo de una canasta básica de consumo (alimentos y no alimentos), estimado para el año 2022.

¡Hola! Nos gustaría seguirle informando

Regístrese para recibir lo último en noticias, a través de su correo electrónico.

Puedes cancelar tu suscripción en cualquier momento.

Carlos Castillos
Carlos Castillos
Periodista y corresponsal en Uruguay y Paraguay de ContraPunto

El contenido de este artículo no refleja necesariamente la postura de ContraPunto. Es la opinión exclusiva de su autor.

spot_img

También te puede interesar

spot_img

Últimas noticias