sábado, 11 mayo 2024

San Salvador panorama collage

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Días extraños. Desde mediados de marzo sin ver el museo. Las plantas, las pocas cosas, sobresalen las pinturas y las libreras que rebalsan. Sin poder escribir. Hasta el atrapador de sueños desapareció

Cuando recibas una idea para escribir, favor de decir por lo menos Arigato!   Te di una idea la semana pasada, y ni pío dijiste.   Haz a un lado las aflicciones, si de veras andas en pie de lucha.   Haz a un lado las aflicciones, cuando saques la chucha al monte.   Haz a un lado las aflicciones, cuando te pongas a sembrar.  Haz a un lado las aflicciones. Mantenéte positiva vos!

Entre días, noches,  y amaneceres. Miles de diamantes salen de los ojos en formas de prismas. Entran al espejo. Van saliendo pidiendo un saludo, una señal. Días desnudos donde solo esta ella y el espejo.  Llueve leve en la ciudad. Sin poder concentrarse, la casa llena de libros húmedos, cataratas de agua en el techo, todo distrae, las chuchas, la calle, los carros pasando. Sin  ganas de hacer nada. El día gris. Las nubes parecen algodones de azúcar sin colorantes. Es sábado otra vez. O jueves. Silencio. Algunos motores a lo lejos. Ve los nombres de los santos en el calendario que está en la cocina.

Días extraños. Desde mediados de marzo sin ver el museo.  Las plantas, las pocas cosas, sobresalen las pinturas y las libreras que rebalsan. Sin poder escribir. Hasta el atrapador de sueños desapareció. Dando sonrisas, regalos secretos, mágicos mensajes, códigos recibidos de la nada. Debajo de la mesa acompaña la Negra y se sienta como esfinge. Rodeadas de libros y libros.  La mesa vieja.  Las plantas dentro de la salita, parece un invernadero. Abre  la  ventana, tiene algunos vidrios quebrados pero hay más plantas afuera y no se ve que falten. Entran las enredaderas por esa ventana. Algunas orquídeas están por salir del capullo. Los  chiles jalapeños tienen sus frutos. Las abejas vienen a comer polen de las plantas de albahaca. Los aloes, el jazmín, el romero. Las plantas pequeñas de las macetas están en las mesas.  Varios de sus adornos, el árbol de cuarzo rosa, el jaguar de barro de Chiapas, el elefante de Kenia, los patos de la suerte en el barrio chino de Buenos Aires, el pantalón tejido rosa  de Guatemala. Recuerdos de Na Bolom, de Antigua, del valle del Yeguare,  la fuente de agua que sale de la calle encorvada en un barrio en las colinas de Tegucigalpa.

Y de vos no tengo nada. De vos tampoco.

Anoche me dormí llorando y amanecí llorando. Y he estado con mal carácter. Ayer tuve un dolor de estómago y yo casi nunca padezco de eso. Me enojan cosas inútiles como el lavatrastos tapado de comida o mi perra tocando mi puerta. Después agradecí en varias oportunidades. Pero en eso estaba y un pájaro estaba en algo y entró su cola a mi ventana. Hacía su nido. Dormí mal y quizás logré el sueño a las 2 o más y desperté a las 5 o 6 a prepararme para trabajar. No he querido ver noticias. Escuché el Réquiem de Mozart y después otros ahorita tengo a Bach.  Estoy acostada porque me duele la cabeza. El estómago mejor porque ya no comí ayer desde el almuerzo, unos brócolis con tomate y ajo. Y ahora tomé una sopa de verduras. Bonita recomendación. Sí, ojalá quiero llenarme de energía. Llueve.

Yo pues aquí, un joven está arriba en el techo limpiando los canales que tenían muchas hojas del árbol de mango y no eran goteras, era que estaba tapado de hojas y por eso se inundó aquí. En un cuarto con muchos libros y se mojaron todos casi. Estamos sacándolos al sol. Mi vibración es otra, no encajo. Que horrible andar con mascarilla. Los inciensos que he cuidado como tesoros, ya casi se acaban, en la caja donde venían he ido poniendo dentro  las cajitas vacías que venían dentro de la caja, las he ido metiendo de nuevo y cuando busco uno para encenderlo es entre las demás es por la ilusión de tenerla llena aún de ellos, que por cierto ya iré a encender uno. Las bromelias han dado dos flores, son color fucsia y morado. Acabo de ver desde aquí que la orquídea ya dio otra vez flor, esa que da flor la tenemos desde hace mucho tiempo. Los mangos caen, las ardillas comiendo. Afuera en la verja hemos dejado un guacal con agua donde bajan los pájaros a nadar, me gusta verlos, están por bajar al agua.

Ahora el gris es momento. Un ave canta es  un  cenzontle. Se presume que en la noche vive un tacuazín en el techo. En el día siguen las ardillas en el árbol de mango, se les caen de las patas al querer cogerlos. Ya se oye el sonido del zanate bañándose en un huacal con agua. Está todo lodoso. La orquídea sigue con algunas flores. La hojarasca invade el patio. Hace días dije que iba a limpiar. No sé dónde está la hamaca.

Un gran dolor.

Un gran dolor. ¿Rico? 

Ballena de peluche, aceite de coco, las piedras, las conchas, los libros mojados en la sala, Marianella García Villas, Roque Dalton, Consuelo,  Humano, Museo, mango, Distancia, orquídeas moradas, tortillas, mascarillas, tomas de sol, radio, internet, librera, limpieza, Chopin, Beethoven, fotos empapadas,  recibos de luz.

Los diálogos, la amistad única en la distancia. La lealtad.  Eso de la muerte no lo sé, en verdad mi trabajo es interpretativo. Me alegra, ves que mi trabajo no consiste en rastrear fechas ni datos objetivos sino en interpretar un legado cultura soterrado por la memoria…

Muchos libros al sol. Se mojaron los de mi mama sobre todo los de medicina natural, místicos, o revistas. Olor a humedad.

Saludos

Gracias

Muchas gracias

Muchísimas gracias

Muchas, muchas gracias

Muchisisisisimas gracias

Atentas gracias

Apreciables gracias

Divinas gracias

Mil gracias

Gracias mil

Miles de gracias

Gracias infinitas

 

Las horas han pasado entre el calor. Las gotas de hielo del silencio. La noche lluviosa. Los truenos sonando. El girasol. Los espejos de mimbre. La ropa vieja. Los esmaltes sin usar. Los anteojos para ver mejor. Pensar si estarás mejor. El dedo índice duele luego de la cortada.

Las ambulancias pasan a cada rato. De repente todos conocían a un fotógrafo que murió por la pandemia del Covid-19.  La incertidumbre siempre acompaña. Sin resistencia. Ahí se escucha otra ambulancia. Los perros aúllan.

Un hombre en las noches tal vez la recuerde. Tal vez al ver el libro de Monseñor vengan destellos. La terapia de los días trabajados. La piedra bajo la almohada pensaba que era lo más bonito del día. Un collage para esta mente libre. Es ya julio, sí. Y hace poco era marzo. Ya no hay mangos en el árbol. Chet Baker siempre en el jazz para estar y su azul mundo lo entiendo. Si tan solo existiera la telepatía hoy que necesita enviar ese mensaje y todo está bloqueado por las auras. La liberación. Los documentales históricos. Soledad. Los días con Kitty, la gatita bebé que llegó de la nada y di refugio tres semanas. Hace tres días ya está con R en su nueva casa hoy se llama Nina, por una cantante de Punk alemana. Cada día cuenta. Panorama collage coronavirus. Nada.

(*) Tania Primavera: [email protected]

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Tania Primavera
Tania Primavera
Promotora cultural, museóloga, escritora y periodista salvadoreña. Colaboradora en temas de Artes y Columnista de ContraPunto
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