Dos manzanas de caña de azúcar fueron quemadas en la comunidad Taura, del cantón San Carlos Lempa, municipio de Tecoluca, San Vicente, arrasando aproximadamente con 1,244 árboles de producción de cacao, cosecha de la cual subsisten alrededor de 30 habitantes de la zona.
Esta es la segunda ocasión que resultan afectadas las familias que dependen del cultivo del cacao a consecuencia de la práctica de la quema de los cañales por parte de los ingenios que operan en el lugar, denunció Juan Luis Avilés Moreno, representante del Movimiento Agricultura Orgánica (MOPAO).
Las familias afectadas demandan reparación económica por los daños causados a sus cultivos y la aplicación de la ordenanza municipal de Tecoluca que prohíbe la quema de caña de azúcar por parte de las autoridades ambientales y municipales respectivamente.
Este desastre ecológico y social se suscita de manera recurrente en cada época de la zafra por la irresponsabilidad de las operaciones de los ingenios en todo el país y con cierta complicidad de las autoridades en no ejercer un control y regulación de estas malas prácticas de producción de este monocultivo que en reiteradas ocasiones organizaciones ambientalistas han denunciado.
“Nos sentimos preocupados por el incremento de los riesgos que las comunidades sufren en sus cultivos de granos básicos, árboles frutales, producción cacao y marañón afectados por la mala práctica de la quema y fumigación aérea de madurantes y agroquímicos en la caña de azúcar, que perjudica la calidad de otros cultivos y genera daños en la salud de los habitantes aledaños”, manifestó Berrando Belloso, presidente de la Asociación para el Desarrollo de EL Salvador (CRIPDES).
Por ingenios, en la zafra de los años 2013 y 2014, se quemaron 320,479.11 toneladas de Central Izalco, mientras para El Ángel representó 151,919.10 toneladas, para Chaparrastique 85,256.06 toneladas; La Cabaña 78,245.75, Ingenio Jiboa 81,508.7 toneladas y para La Magdalena 17,950 toneladas, según un informe del Ministerio de Agricultura (MAG).
Además, el uso excesivo de agua para el riego de los monocultivos de caña de azúcar está provocando severos daños en los ríos y aguas subterráneas, como consecuencia está dejando sin agua potable y provocando enfermedades renales a miles de familias y en el Bajo Lempa, San Vicente.
Estos incidentes se originan cada periodo de zafra en toda la zona limítrofe costera salvadoreña, a pesar que el gobierno promueve la denominada zafra verde, que se refiere a la cosecha de la caña de azúcar, sin quema previa del cañaveral. Su supuesta implementación podría conducir a un sistema de manejo del cañal más sustentable con el ambiente y las poblaciones vecinas a los campos productivos.
Sin embargo, en la mayoría de las 125 mil manzanas de monocultivo de caña de azúcar, esta práctica nociva de la quema de la caña continúa dándose, dañando severamente los ecosistemas, los medios de vida y a la población cercana.