Cuando el periodista panameño Eduardo Soto (1965) escuchó el relato del fotoperiodista dominicano Nazario García sobe el suicidio, el 4 de julio de 1982, de Silvestre Antonio Guzmán Fernández, presidente de la República Dominicana, a 43 días de dejar su cargo, escribió un cuento que no publica.
A partir de ese texto de 2003 construye la novela El colmillo de los dioses (Sagitario Ediciones, 2015) con la que gana el Premio Novela Corta de Sagitario Ediciones en 2014. En la novela el suicidio del presidente ocurre en su oficina de la casa presidencial.
El presidente fue reconocido como un político que respetó, como ningún otro mandatario de su país, todas las libertades públicas. Le sobrevivieron su esposa Renée Klang y dos hijos. Ella murió en 2014.
En la novela el periodista Aníbal Barsallo, amigo personal del presidente, se introduce a la casa presidencial, para ver a “Beto Llaves” que por años ha sido asistente del mandatario y conoce más que nadie su vida privada.
Barsallo duda de la versión del suicidio y quiere que “Beto Llaves” lo ayude a encontrar la verdad. En un lugar secreto dentro de la oficina encuentran el diario íntimo del presidente. Evaden a la policía secreta que investiga el asesinato y logran salir de la casa presidencial.
Van a un lugar secreto que tiene “Beto Llaves” y ahí el periodista lee el diario. En la medida que avanza en su lectura se encuentra con un personaje que no imaginaba y que resulta bien distinto al hombre que él conocía.
“Beto Llaves”, le dice que la policía secreta ya descubrió que el tiene el diario y lo van a matar. Debe salir del país. Él hará entrega del diario. Le dice también que Minerva Gutiérrez, la primera dama, tiene una carta que le dejó su esposo antes de suicidarse.
Barsallo sale del país en un barco carguero que va a España donde se encuentra la primera dama. Se quiere entrevistar con ella. Al llegar a su destino decide no bajar del barco y seguir su viaje. Se desconecta de “Beto Llaves”.
El periodista se mueve de país en país, de trabajo en trabajo y de nombre en nombre. Después de años decide asentarse y en Italia se acompaña de Fiorella y ponen un restaurante. Viven una vida tranquila. Ahora se llama Roberto.
Un día Fiorella le dice que tiene un correo en Internet. Él se sorprende y todavía más cuando ve que es un recado de la primera dama que lo cita en Fez, Marruecos.
Ya estando ahí cuando Barsallo se quiere acercar a ella, de manera discreta, le manda decir que ahí no se pueden ver que es muy peligroso. Y con un niño le manda la nueva dirección de donde se van a encontrar.
En ese momento suenan tres disparos y ve que Minerva Gutiérrez está herida y el niño muerto. Él logra escapar. A la primera dama la trasladan a un hospital en Holanda. Después de 20 años le manda un telegrama a “Beto Llaves”: Minerva Gutiérrez viva. Hospital fuera de Marruecos.
Barsallo se traslada a Holanda y visita el hospital donde está la primera dama. En el lecho de muerte habla con ella. Le entrega la carta que le había dejado su esposo, el presidente, donde le explica el por qué de su suicidio. Por fin sabe lo que pasó.
Él se va al cuarto del hotel donde se hospeda y escribe un reportaje novelado de lo que ahora sabe. Imprime el material y lo manda a un remitente encriptado. Y en una bola de plástico pone una copia física para enviar al editor del periódico en el que trabajaba. Pasan semanas y no se decide a mandarlo.
Cuando por fin se decide llevar el paquete al correo al salir del cuarto se encuentra con “Beto Llaves”. Éste lo obliga a confesar lo que le dijo la primera dama. Y Barsallo le dice lo que sabe.
El presidente se negó a dar a tres empresarios, que lo habían ayudado en la campaña, una concesión de agua. Y ellos amenazaron con matar a la primera dama. “Beto Llaves” dispara y mata a Barsallo.
La novela termina: “Solo me preocupa un cabo suelto: Fiorella”. El autor dice que “al último momento decidí agregar una última frase y creo que debe ser así, porque a mi juicio se trata de una trilogía. No es necesario decir que ganará el bien, pero habrá justicia. El final está abierto para continuarlo. Falta ver qué acogida tenga la primera parte”.
El suspenso de la novela está muy bien logrado y nunca decae. Va de menos a más. El estilo es ágil y la redacción amena, clara, directa y precisa. Se lee con mucha facilidad.
Ariel Barria Alvarado, integrante del Jurado del Premio de Novela Corta Sagitario Editorial 2014, escribe en la contraportada:
"Eduardo Soto P., en El colmillo de los dioses logra elucubrar la conjunción de fondo y forma para darnos una obra sumamente ágil, contada con un lenguaje igualmente dinámico y lo suficientemente ácido y filoso como para acompañar de modo pertinente la trama, que se desplaza por los ambientes sombríos y ominosos de tantas etapas de la política latinoamericana del siglo XX y de siempre”.
“El autor emplea con pericia las herramientas del oficio, la palabra entre ellas, y desde el segundo inicial del primer round coloca el anzuelo donde el presunto lector pueda tomarlo sin mucho esfuerzo, con una línea provocadora que no decae ni en promesas ni en resultados más adelante: "No importa quién soy. Lo trascendental es que aquí se va a revelar a cuántos maté y cómo".
——— Eduardo Soto (Panamá, 1965). Es Licenciado en periodismo por la Universidad de Panamá. En 1991 se inicia como reportero y 1993 es Editor Especial de Panamá América. En 1993 es Coordinador de Noticias en el diario Crítica. En 1995 dirige el equipo de noticias de RPC Radio. En 1996 regresa a Crítica como jefe de redacción y empieza su columna Hojas Sueltas. De 2005 a 2011 es subdirector de Panamá América. En 2011-2012 director y fundador del diario Metro Libre. De 2012 a 2013 director de Panorama católico. En la actualidad es director del diario El Siglo, uno de los más importantes de la capital panameña. En 2003 gana el Premio Nacional de Cuento "José María Sánchez" con la obra "Cuentos nada más" que se publica en 2004. En 2014 gana el Premio de Novela Corta Sagitario Editorial con la obra "El colmillo de los dioses".
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El colmillo de los dioses
Eduardo Soto
Sagitario Ediciones
Panamá, 2015
pp.136