Quizás en medio de la tragedia que vive el mundo azotado por una grave y brutal pandemia, se conoció este lunes que los primeros ensayos en humanos de una vacuna en contra del nuevo coronavirus se iniciaron en Estados Unidos este lunes.
Varios medios de comunicación, como la BBC hace saber que la vacuna será probada en un grupo de 45 voluntarios sanos en el centro de investigación que la organización Kaiser Permanente tiene en la ciudad de Seattle.
Según in informe de dicha centro de investigaciones los primeros cuatro voluntarios recibieron ya este lunes la dosis correspondiente de este ensayo clínico respaldado por el gobierno de Donald Trump.
Indica también que la vacuna no puede causar el llamado virus covid-19 pero contiene un código genético inocuo copiado del virus que causa la enfermedad.
Según los expertos, se necesitarán varios meses para saber si funciona esta vacuna u otras que están en desarrollo.
Investigación a marcha forzada
Científicos alrededor del mundo están intentando acelerar el ritmo de las investigaciones; los chinos han informado que también están investigando, al menos a la semana ya habían detectado su genoma.
En el caso de estos primeros ensayos en humanos, financiados por los Institutos Nacionales de Salud (NIH, por sus siglas en inglés), están saltándose un paso previo que normalmente se usa en este tipo de estudios: asegurarse primero de que la vacuna es capaz de provocar una respuesta inmune en animales, dice BBC.
Vacunas en desarrollo
Otro grupo de laboratorios está enfocando sus esfuerzos en el desarrollo de una posible vacuna frente al virus. “Antes de su aparición en diciembre, el Covid-19 era desconocido. Sólo un mes después, compartir el genoma de este nuevo virus dentro de la comunidad científica ha permitido a los investigadores comenzar rápidamente las primeras etapas de investigación y desarrollo para encontrar una vacuna que pueda protegernos de este nuevo coronavirus”, resalta el director general de la Federación Internacional de la Industria Farmacéutica, Thomas Cueni. Según los científicos, la epidemia de SARS (Síndrome Respiratorio Agudo Severo) en 2003 permitió desarrollar tecnologías avanzadas que pueden adaptarse ahora para el Covid-19, de acuerdo al espoñol Diario 16.
El mismo medio agrega que en este grupo, por ejemplo, compañías como Johnson & Johnson –a través de su división farmacéutica, Janssen- o Sanofi Pasteur -la unidad de vacunas del laboratorio francés Sanofi- trabajan desde hace semanas con el Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos (HHS) para acelerar el desarrollo de esta posible vacuna. Igualmente, GSK está trabajando en tres vías de investigación. Una, junto al consorcio CEPI (Coalition for Epidemic Preparedness Innovations), una asociación formada por organizaciones públicas, privadas, filantrópicas y civiles con el objetivo de desarrollar vacunas para detener futuras epidemias; otra, en asociación con la compañía china de biotecnología Clover Biopharmaceuticals, y, por último, el laboratorio ha puesto su tecnología a disposición de la Universidad de Queensland, en Australia, para un posible desarrollo. Con esta universidad también está trabajando la farmacéutica australiana CSL Limited para el desarrollo de una posible vacuna.