En las escuelas, poco se nos explican los pequeños detalles de cómo se conformó el Estado Nación de la República de El Salvador y el porqué de nuestra peculiar extensión territorial. Lo cierto es que, las independencias en toda Latinoamérica fueron un hecho inminente, luego de que los estadounidenses tomaran ventaja, desprevenidamente, para desligarse de Gran Bretaña y su negocio de recibir retribuciones para la Corona.
España, por su lado, al verse en crisis por la rebeldía de los criollos asentados en estas tierras, no tuvo más que permitir las independencias, pero con una última negociación o motivación para los nuevos líderes, y es que de preferencia, se dividan lo más que pudieran el gran territorio. Una muy buena idea difundida por separado a los principales “sectores”.
La idea conjugaba una fórmula compuesta por dos planos importantes. Por un lado, material, en el que se permitiera la institucionalización de la autoridad, garantizando el monopolio del uso de la fuerza, para eliminar a los descontentos, y que sería aprobada por la comunidad ya que luego de disturbios, éste ejército naciente, ofrecería seguridad y protección. Así mismo, en este engranaje material, se contaba con recursos humanos que sabrían tomar ventaja de bienes naturales locales para ponerlos al servicio de la economía regional y así garantizar un sistema organizado de producción con una sociedad dividida en clases. El otro ingrediente de la fórmula, serían los ideales. Acá tenemos todos los símbolos de pertenencia que nos permiten con alegría diferenciarnos de otros mercados o naciones. En algunos países, bastaría con un himno y una banderita con escudo, pero nosotros tenemos comida, flora y fauna, con la que además nos sentimos campeones por haber registrado al torogoz antes que los nicaragüenses. El resultado de esta poción mágica, son los diferentes Estados Naciones y la aprobación de un sistema de dominación política o de protección, o como Ud. Prefiera llamar a eso que se hace cargo de obtener recursos por parte de la sociedad civil a través de instituciones públicas y funcionarios que se encargan de que paguemos impuestos, así como el hecho de engendrarnos una identidad colectiva gracias a los símbolos patrios y además, asegurar el control ideológico del momento a través de centros educativos.
El Salvador, por su parte, vino a ser lo que es, luego casi 20 años, posteriores a la firma de la independencia y varias pugnas políticas donde no primaban los intereses del pueblo, sino puramente a favor de pocos, así como incontables muertes. En un primer momento, se pudo llegar a pensar que México en conjunto con Centroamérica, un día tendría el honor de poder llegar a ser una sola nación, llamada Primer imperio Mexicano, extenso, rico y pujante, con dos mares y una variedad de exóticos paisajes. Pero debido a las pícaras y picosas ideas de adueñarse y liderar por separado, así como los desacuerdos entre conservadores y liberales, México se dividió rápidamente con la mayor porción de territorio, dejando a la Soberana República Federal de Centroamérica a que resolviera aparte. Varios años después, y tras las ideas progresistas de Morazán, surgieron nuevas disputas; para suerte y descontento, se nos avisó en último momento, que nos habían dejado solo lo que hoy tenemos, y como premio de consuelo, nuestro golfo de Fonseca, iba a ser compartido.
Lo curioso es, que no parece más fácil para nuestros gobernantes, representar y hacerse cargo de un país tan pequeño. Ni con las mejoras de su salario, ni deforestando para impulsar la economía extranjera o la de los centros comerciales donde antes hubo un “Parque de los Pericos” del que ya nadie más habló. El resto de temas, son parte de lo mismo.
Bibliografía:
-Historia Institucional de Guatemala: La Real Audiencia, 1543-1821, Universidad de San Carlos, Guatemala, 2006
-Vázquez Olivera, Mario (2009). «Capítulo primero: Una monarquía azteca y gótica». El Imperio Mexicano y el Reino de Guatemala: proyecto político y campaña militar, 1821-1823.
-Constitución de la República Federal de Centro América
-Constitución de las Provincias Unidas del Centro de América de 1824
-Grandin, Greg (2000). «The Blood of Guatemala A History of Race» (en inglés). Consultado el 6 de marzo de 2010.
-Stephens, John Lloyd; Catherwood, Frederick (1854). Incidents of travel in Central America, Chiapas, and Yucatan
-Honduras en línea (2008). «Francisco Morazan». Honduras en línea. Honduras. Archivado desde el original el 8 de julio de 2008
-Ozlak, Oscar, “La Formación del Estado Argentino. Orden, Progreso y Desarrollo Nacional” 1997