La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OACNUDH) y la Relatoría Especial para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, sentaron postura respecto a la situación del ejercicio de la prensa en El Salvador durante la administración presidencial de Nayib Bukele.
El pronunciamiento de ambos organismos, se suscitó luego que los periodistas Gabriel Labrador y el fotoperiodista Víctor Peña, ambos de El Faro y el periodista Fernando Romero, de Revista FACTum fueran obstaculizados el pasado viernes de sus labores en Casa Presidencial durante la instalación de la Comisión Internacional Contra la Impunidad de El Salvador (CICIES).
"La censura previa a la #LibertadDePrensa está prohibida por el Derecho Internacional de los #DerechosHumanos", publicó la OACNUDH a través de su cuenta de Twitter tras el suceso registrado en contra de los comunicadores.
Por su parte, el relator especial para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), Edison Lanza, pidió al presidente de la República, Nayib Bukele, respetar las líneas editoriales y no impedir el ingreso a periodistas a las actividades oficiales.
Ante esta situación, la Secretaría de Comunicaciones de la Presidencia de la República indicó que la decisión de no dejar ingresar a los representantes de ambos medios de comunicación se debe al "mal comportamiento" de sus periodistas.
Dicha medida, añaden, "se mantendrá firme hasta que no exista compromiso serio por parte de los medios de comunicación restringidos este día de respetar la labor de los demás periodistas y de la institución".
Mientras tanto, el comunicólogo salvadoreño, Malcom Cartagena, salió a la defensa de sus colegas y planteó que el “mal comportamiento” al que se refiere la Presidencia de la República data de años y no es una novedad que muchos creen.
Cartagena se refiere, a que ambos medios se han destacado por sus ácidas publicaciones, que en muchas ocasiones tocan las fibras sensibles de las políticas gubernamentales, especialmente El Faro que trabaja desde finales de la década de los 90.
El también formador electoral destacó la labor investigativa de ambos sitios informativos y la transcendencia que ha tenido sus publicaciones.