Un juzgado Federal de Nueva York condenó este lunes a la empresa constructora de origen brasileño Odebrecht a pagar una multa de $2 mil 600 millones de dólares por los escándalos de soborno a funcionarios de al menos doce países de América Latina.
De acuerdo con un portavoz de la Fiscalía Federal del distrito del este de Nueva York, la empresa deberá pagar $2 mil 390 millones de dólares en Brasil, $116 millones en Suiza y otros $93 millones en Estados Unidos en una de las multas impuestas más elevada de la historia de los Estados Unidos por un caso extranjero de sobornos.
El pasado diciembre, Odebrecht se declaró culpable en un juzgado de Nueva York de haber creado un sofisticado engranaje de sobornos millonarios a funcionarios e intermediarios para tratar de lograr contratos de obra pública en al menos 12 países. Se abrió una caja de truenos que ha puesto en jaque a la clase política latinoamericana y ha agudizado la espiral de corrupción que sacude Brasil.
Entre los mencionados aparece el expresidente salvadoreño Mauricio Funes. Según una publicación del periódico El País, Funes recibió presuntamente cinco millones de reales ($1,5 millones de dólares), según la confesión judicial de Alenxadrino de Alencar, exdirector de Braskem, el brazo petroquímico de Odebrecht.
La publicación expresa que en declaraciones de Alencar, Antonio Paolocci, exministro de finanzas y uno de los hombres fuertes del Partido del Trabajo, actualmente encarcelado, “pidió dinero para la campaña del presidente de El Salvador, Mauricio Funes, porque su mujer era una de las fundadoras del Partido de los Trabajadores. Pidió cinco millones de reales y yo dije que todo bien pero que iba a descontar”, dijo Paolocci en referencia a un crédito que el PT tenía con Odebrecht negociado por el propio Palocci en 2008.
Al respecto, el exmandatario salvadoreño negó los señalamientos y aseguró que se trata de una distracción y que no existen pruebas en su contra.
Lea también: Funes niega relación con corruptela brasileña
Odebrecht llegó entonces a un acuerdo con la Fiscalía estadounidense para pagar una multa de 4.500 millones de dólares, que se repartirían entre EE UU, Brasil y Suiza, donde también se estaba investigando a la constructora. Pero la empresa advirtió de que solo tenía capacidad de abonar 2.600 millones de dólares y se estableció un mecanismo para comprobar si era verdad. Cuatro meses después, las autoridades estadounidenses y brasileñas le han dado la razón.
Al margen de que finalice la batalla judicial de la constructora en EE UU, el terremoto seguirá en los países que han lanzado sus propias investigaciones a raíz de las pesquisas estadounidenses. El acuerdo entre la Fiscalía y Odebrecht se sumerge en cómo funcionaba el sistema de sobornos y en qué países operaba, pero omite los detalles sobre la identidad de las personas que recibieron los pagos o de qué infraestructuras se trataba.
Desde 2001 hasta 2016, Odebrecht “”un conglomerado presente en 28 países y con unos 168.000 empleados”” pagó, según el pacto de culpabilidad, $788 millones de dólares en sobornos relacionados con más de 100 proyectos en 12 países: Angola, Argentina, Brasil, Colombia, República Dominicana, Ecuador, Guatemala, México, Mozambique, Panamá, Perú y Venezuela. A cambio de esos pagos ilícitos, la empresa obtuvo beneficios de $3.336 millones de dólares.
Con informes de El País/EFE