Un niño de 1 año compareció frente a un juez de inmigración en Phoenix, en el estado de Arizona, como parte de las medidas tomadas bajo la “política de tolerancia cero” contra inmigrantes. Durante la vista pública, el juez John W. Richardson debió explicar con evidente incomodidad las leyes infringidas por el menor que justificarían su deportación.
“Me avergí¼enza hacer la pregunta, porque desconozco a quién se la explicarían, a menos que crean que un niño de 1 año puede aprender la ley de inmigración”, manifestó Richardson al abogado que representó al menor.
Organizaciones y activistas han denunciado el sistema de las cortes de inmigración del país que obliga a los menores (algunos todavía en pañales) a comparecer ante jueces y seguir los procedimientos de deportación separados de sus padres. Estos menores no tienen el derecho a tener un abogado asignado por la corte y 90% son regresados a su país de origen sin la intervención de un defensor, según la agrupación Kids in Need of Defense, que les provee representación jurídica.
Organizaciones humanitarias han recreado en un cortometraje cómo son las comparecencias frente a un juez de migración de Estados Unidos para mostrar el trauma que esto puede generar en los menores.
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El viernes en Phoenix, un niño hondureño llamado Johan esperó una hora para ver al juez. Su abogado dijo a Richardson que el padre del menor lo había traído a Estados Unidos y fueron separados, aunque se desconocía la fecha. Señaló que el padre se encuentra en Honduras después que lo deportaron con el engaño de que podría llevarse a su hijo.
Los procesos en contra de los menores inmigrantes se han acelerado debido a que un juez federal en San Diego dio a la agencia hasta el martes para reunir a los niños menores de 5 años con sus padres y hasta el 25 de julio para todos los demás.