Durante la Conferencia de Seguridad y Prosperidad entre países del Triángulo Norte de Centroamérica y el Gobierno de Estados Unidos, el vicepresidente salvadoreño, Oscar Ortiz, hizo un llamado a entablar una lucha frontal contra estructuras del narcotráfico pues asegura que es una amenaza que pandillas generen nexos con este tipo de crimen, dijo.
Algo que ya había advertido en 2012 el Departamento del Tesoro de Estados Unidos, cuando publicó un informe en el que planteaba la íntima relación entre la Mara Salvatrucha (MS-13) con carteles de narcotráfico centroamericanos y de México.
Le puede interesar: Triángulo Norte C.A. comprometido a combatir narcotráfico y pandillas.
Según el gobierno estadounidense, la MS-13 tiene una participación activa en actividades criminales como el tráfico de drogas y personas, secuestros, asesinatos, extorsiones e inmigración. Una teoría que Ortiz señaló como clave para el combate a las estructuras criminales.
Y es que el impacto del narcotráfico en las sociedades latinoamericanas ha sido históricamente un problema para cada gobierno de la región. Su poder económico combinado con el tráfico de armamento de guerra ha convertido a sus brazos armados en ejércitos en toda regla.
En mayo pasado, el secretario de Seguridad Nacional estadounidense, John Kelly, advirtió que la problemática adicional que provoca el narcotráfico es que afecta a los gobiernos pues fomenta la corrupción, violencia y desintegración familiar.
La situación económica es, sin duda, uno de los puntos débiles que favorecen la proliferación de grupos criminales formados, según estudios, por jóvenes que provienen de hogares desintegrados o en pobreza extrema.
Según el Gobierno estadounidense, el flagelo del narcotráfico infiltra la sociedad y aprovecha a sus miembros más desesperados por dinero y control a su favor, lo cual lo vuelve un tema preocupante.
La relación entre pandillas y narcotráfico llamó la atención también de la oficina contra las Drogas de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que alertó sobre el rol que las pandillas centroamericanas desempeñan en el transporte de cocaína y otros estupefacientes hacia Estados Unidos.
La inyección económica que los carteles de droga dan a grupos criminales para crear redes de defensa y corredores logísticos de narcotráfico es un problema creciente debido a la gran cantidad de miembros activos de las pandillas.
Según autoridades de Estados Unidos, solo “la MS-13 consta de al menos 30.000 miembros en varios países, incluyendo El Salvador, Guatemala, Honduras y México, y es una de las pandillas criminales más peligrosas y de rápida expansión en el mundo en la actualidad”.
Lea además: Triángulo Norte se prepara contra narcos y pandillas.
El dinero que el narcotráfico proporciona a estructuras bien organizadas como las pandillas les permite la compra de armamento militar como el utilizado este lunes, cuando una patrulla de la Policía Nacional Civil (PNC) salvadoreña fue emboscada en Ilobasco por supuestos pandilleros que ametrallaron una unidad en que se transportaban tres agentes.
Según el director de la PNC, Howard Cotto, los delincuentes habrían usado fusiles de guerra M-16, un tipo de arma de uso exclusivo para militares.
Los tres agentes sobrevivieron al ataque. Sin embargo, los continuos enfrentamientos entre autoridades y la Policía dejan claro el potencial de ataque que estos grupos criminales tienen a partir del armamento que usan.
Por ello, la apuesta gubernamental, según el vicemandatario salvadoreño, es el fortalecimiento y modernización de la PNC y la Fiscalía General de la República (FGR). “Una Policía moderna es clave para la seguridad y estabilidad en los próximos 10 o 15 años“, dijo Ortiz este martes en la entrevista matutina de TCS.
Sin embargo, todo apunta a que dicha modernización y fortalecimiento va dirigido a saber sobrevivir y enfrentar la ola de violencia desatada por las pandillas y el narcotráfico. Una guerra no declarada que a diario genera bajas, tendencia que ha levantado críticas por parte de organismos que velan por el cumplimiento de los Derechos Humanos en El Salvador.
A pesar de ello, el Gobierno insiste en que su estrategia no es de exterminio, y que buscan apostar a la resolución de la raíz de los problemas, esos de los que el narco también saca provecho.
Durante una rueda de prensa, Ortiz aseguró que el presidente Salvador Sánchez Cerén está trabajando en grandes prioridades como construir y consolidar una economía fuerte y creciente, con la que se busca incluir a jóvenes y familias en riesgo de violencia a fin de cerrar el ciclo de proliferación de las pandillas en El Salvador.
Sin embargo, El Salvador sigue siendo uno de los países más violentos del mundo y también uno de los que menos creció a nivel económico en el último año según el Fondo Monetario Internacional (FMI).