Coincidentemente el acontecimiento nacional se dio en el mismo mes de febrero que sucedió en ultramar, con diferencia de 39 años.
Por circunstancias que no es el caso referir aquí, el 23 de febrero de 1981 llegue volando desde México a España; acomodándome estaba en la casa de un matrimonio amigo, cuando en una forma abrupta la radio que escuchábamos refería que guardias civiles al mando del Coronel Antonio Tejero asaltaban el Palacio de las Cortes donde se reunían los y las diputadas para investir como Presidente del gobierno español a Leopoldo Calvo Sotelo, España salía de un largo periodo de casi 35 años de dictadura del General Francisco Franco que murió en 1975 casi por ancianidad a la edad de 83 años, y eso le facilitaba iniciar una Democracia.
El inicio de la democracia no gustaba a la mayoría de militares, ni a las personas con ideas conservadoras y mucho menos a la iglesia que veía con buenos ojos la mansedumbre de la población alienada por ideas religiosas y de personas que les favorecía desde todo punto de vista, la continuidad del dictador.
Ayer domingo 9 de febrero del corriente año, al seguir los acontecimientos gubernamentales en el país, recordé lo vivido en España en 1981, sucedió aquí casi igual dado que se militarizo el recinto legislativo, cosa que considero un arrebato que pudo originar problemas de enfrentamientos físicos y de ruptura de la institucionalidad del Estado, siempre he pensado que gobernar requiere prudencia, racionalidad, sensatez e inteligencia para no dejarse influenciar por personas que solo buscan la confrontación para su beneficio.
Creo que hay que reconocer el quehacer correcto, así como señalar lo incorrecto venga de quien venga, y si bien es cierto que la mayoría de las personas que integran la asamblea Legislativa no están a la altura de las expectativas que quisiéramos, no es rompiendo más la institucionalidad del Estado Constitucional de Derecho que lograremos cambiarlas, hay maneras legítimas y legales de hacerlo cuando las elegimos o no las elegimos en su oportunidad.
Por otro lado, ayer la parodia del Presidente Bukele con el señor Nicolas Maduro me causo pena ajena, porque no es invocando fenómenos sensoriales y/o extra naturales que logramos hacer lo correcto, esto lo hacemos porque tenemos la capacidad de analizar las circunstancias y de tomar la mejor decisión que consideramos adecuada.
Todas las personas debemos ser responsables de nuestras decisiones, asumir éticamente nuestros actos, es fácil decir que estamos en ajeno para justificar nuestras acciones, y para que la población sencilla nos crea y nos avale.
Además, nuestra República es laica constitucionalmente hablando, no es una teocracia, esto no deben olvidarlo las personas que gobiernan, la alienación religiosa hace discriminación de las personas no creyentes obviando que también somos parte de la República (Cosa pública), los y las servidoras públicas son para todas las personas no solo para creyentes y/o militantes de una determinada ideología.
Lo sucedido ayer (9/2/20) no debería repetirse, es un mal mensaje para la ciudadanía, y también puede producir desencanto y en cierta forma frustración.