Las nuevas relaciones con China, una oportunidad estratégica

La reciente decisión de abrir relaciones diplomáticas con la República Popular de China RPC, es un giro estratégico del gobierno de Sánchez Cerén, sus implicaciones serán profundas tanto en el campo económico, en diversos temas de cooperación internacional, la configuración de la polí­tica exterior y sin duda la polí­tica doméstica salvadoreña.

Esta coyuntura debe ayudar a reconocer cual es el Interés de Estado, el sentido de Soberaní­a y de Autodeterminación como Nación independiente, ahora se vuelve una necesidad para los salvadoreños, tan mimetizados con culturas e intereses extranjeros.

La importancia económica de China. Se deben señalar estos hechos: China es la mayor economí­a emergente de los últimos 20 años, es la segunda economí­a más grande del mundo que está en proceso de expansión de sus lazos comerciales y de cooperación con diversos paí­ses de Latinoamérica, África y Europa dentro de la globalización económica. Al menos 177 paí­ses reconocen el principio de “Una sola China”.

Pero esta globalización está en franco retroceso luego de la crisis financiera y económica originada en 2008, el renacimiento del nacionalismo proteccionista en Europa, y la llegada de Mr. Trump a la presidencia de los EE. UU en 2017. Este último ha renegado del Multilateralismo y sus reglas, impulsado una ola proteccionista que ha derivado en una incremental guerra comercial con sus socios del NAFTA, la Unión Europea y Japón.

China es un importante socio comercial de EE. UU además de ser un importante tenedor extranjero de deuda de ese paí­s (léase acreedor extranjero). Luego de negociaciones, acuerdos y desacuerdos, Mr. Trump ha impuesto aranceles a los productos chinos, creando acciones de reciprocidad por parte del gobierno chino (léase imposición de aranceles a productos de EE. UU) desatando una guerra comercial de baja intensidad también con este paí­s.

Taiwán y El Salvador. En la polí­tica doméstica es necesario comprender las turbulencias iniciales del cambio. Se deben reconocer que la diplomacia del dólar de Taiwán existió e implico la compra y ablandamiento de voluntades, los casos de corrupción judicializados en Guatemala (Alfonso Portillo), Costa Rica (Miguel Ángel Rodrí­guez) y el caso Flores- Taiwán en nuestro paí­s son tres ejemplos.

Se debe reconocer la influencia (positiva y no positiva) de Taiwán en académicos, militares, periodistas, generadores de opinión y polí­ticos de todas las ideologí­as durante décadas, buscando simpatí­a para su causa. También se debe reconocer el genuino aporte de Taiwán brindado en favor de la población, la excelencia académica de la juventud, el apoyo técnico y económico a nuestra sociedad. Cerrando este punto debo agregar que la relación entre China y Taiwán al menos en materia comercial ha sido amistosa, pragmática y tolerante. El paí­s debe aspirar a armonizar sus intereses con ambos desde la nueva posición diplomática.

El comercio de China y El Salvador. La RPC es el segundo mayor lugar de origen de nuestras importaciones, es decir, compramos muchos bienes a este paí­s al punto que representan un 13.7% de las importaciones totales y un 5.8% del PIB en el año 2017.

El Salvador ingreso a la OMC en 1994 y China en el año 2001. Debemos saber que en el año 2014 El Salvador levanto una reserva sobre la aplicación de acuerdos multilaterales que mantení­a ante la OMC y en reciprocidad China disminuyo los aranceles en ciertos productos, en especial la azúcar cruda. Concretándose en el año 2015 la exportación de 50 mil toneladas de dicho producto, que autoridades salvadoreñas en su momento señalaron que equivalí­a al 10% de la producción nacional por un monto aproximado de 20 millones de dólares.

En un ranking de las exportaciones, el paí­s asiático en 1994 estaba en la posición 44°, entre 1995-1999 fue la 34°, entre 2000-2004 obtuvo la posición 24° y la 25° entre 2005-2009, entre 2010-2012 en la posición 37° de 185 destinos. Con los hechos del 2014 y 2015 subió en el ranking a la posición 10 de 183 paí­ses en el año 2017. En el ranking de las importaciones según origen, la RPC ocupó la posición 26° (1994), 29° (1995″“1999), 13° entre 2000″“2004 y saltó al 4° puesto entre 2005″“2009 y entre 2010-2012 (PP: 5,7%) de 227 paí­ses. En 2017 fue el segundo paí­s de origen de nuestras importaciones solo superado por EE. UU de un total de 236 paí­ses.

Un cálculo grueso muestra un creciente déficit para El Salvador en la balanza comercial con China, en proporción al PIB representó (-2.9%) en 2005; (-3.7%) en 2009; (-5.4%) en 2013; y en el año 2017 fue de (-5.6%) que equivale cerca de 1,399.6 Millones de USD.

La construcción de relaciones estratégicas entre El Salvador y China es el mayor desafí­o. Algunas muy importantes decisiones esta relacionadas a acceso nuevos mercados lo que implica negociación y firma de acuerdos comerciales; El acceso a fondos de cooperación destinados a Latinoamérica; ampliar las opciones de cooperación en ciencia, tecnologí­a, educación, salud y otras; además de optar por ingresar al Banco Asiático de Inversión en Infraestructura BAII, contrapeso del Banco Asiático de Desarrollo, el FMI y del BM en Asia.

El BAII fundado en 2014, inicio operaciones en 2016, cuenta con 87 miembros (entre ellos Canadá, Francia, Alemania, Italia, España, Reino Unido) además de están optando a ingresar Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Ecuador, Perú y Venezuela de Latinoamérica. El financiamiento de BAII está enfocado en obras de infraestructura con énfasis en Infraestructura rural, Energí­a, Protección Ambiental, Transporte y Comunicación, Agua y Saneamiento, Desarrollo Urbano y Logí­stica. El BAII ofrece financiamiento soberano y no soberano (provincias o empresas) para proyectos de infraestructura a través de distintos medios, sobre todo préstamos, pero también inversiones de capital y garantí­as como organismo multilateral.

Se inicia una restructuración de la polí­tica exterior. Menciono dos aspectos i) transición de marcos de cooperación desde Taiwán hacia China; ii) Nueva dinámica entre socios regionales.

En el primer caso un claro ejemplo es la transición o liquidación del acuerdo comercial con Taiwán firmado en 2007, debiendo este ser denunciado por el paí­s contando 180 dí­as para que opere la denuncia. También se incluyen los programas de Cooperación como becas, asistencia técnica (salud, caficultura, turismo, etc.), entre otros que deberán ser armonizados.

En el ambiente centroamericano, de los ocho miembros del SICA, cuatro reconoce a China: Costa Rica desde 2010, Panamá en 2017, República Dominicana (mayo) y El Salvador(agosto) en 2018. Como ejemplos de los desafí­os a enfrentar se encuentra la gestión del Fondo de Cooperación y Desarrollo (ICDF) de Taiwán además de la inclusión de este como observador tanto en el SICA como en el PARLACEN y como socio en el BCIE (cuya participación accionaria es alta del 11.62%).

Reflexión. El inesperado giro de la polí­tica exterior de El Salvador entablando relaciones diplomáticas con la República Popular de China puede ser calificado de tardí­o, pero no de equivocado. Las opciones abiertas requieren un alto sentido de interés nacional de parte de los liderazgos salvadoreños para construir relaciones estratégicas de beneficio mutuo con China.

También debemos reconocer los intereses comerciales y polí­ticos de China, como toda nación con derechos evitando caer en la trampa de la apologí­a, servilismo o malinchismo de la relación China ““ El Salvador como la solución mágica de problemas propios de la sociedad salvadoreña.

Acceder a uno de los mercados más grandes del mundo; renovar las relaciones comerciales; ingresar al BAII y su financiamiento para el desarrollo; optar a la cooperación en ciencia, tecnologí­a, educación, salud, etc.; además de abrir un puente entre la sociedad salvadoreña y china es mirar al futuro, la coexistencia pací­fica, al multilateralismo y la pluralidad.

Es una ví­a legitima de convivencia e inserción al mundo dado que somos un paí­s relativamente pequeño, dependiente y abierto en esta aldea global.