La ciudad de Chalchuapa, en el departamento de Santa Ana, es conocida como el primer lugar de asentamiento de pueblos indígenas y donde aún existen centros ceremoniales como Casa Blanca y El Tazumal. En estos lugares sagrados se busca generar energías positivas para contrarrestar el cambio climático y cambiar el actuar de la humanidad hacia la Tierra por medio de una ceremonia maya.
La ceremonia consiste en abrir puertas dimensionales entre el mundo espiritual y el material y buscar la concepción cósmica de la dualidad hombre, mujer, tierra, agua, fuego y viento.
El consejo maya asegura que es necesario ofrendar a la Madre Tierra y a los espíritus de los abuelos y abuelas (antepasados) para apaciguar las situaciones de violencia en el mundo, así lo explica el “˜tata maya”™, Dagoberto Pérez.
“Estamos valorizando y dándole la importancia que se merece la espiritualidad del pasado. Siempre donde hay un trabajo espiritual, todos los materiales son naturales, vienen de la Madre Naturaleza: cacao, miel, incienso, bálsamo, cera; todo lo que se ofrenda es un alimento para los antepasados y deidades. Esto para llevar las energías telúricas y las energías cósmicas del universo con las personas para que aprecien a todos los elementos naturales”, explica.
En la ceremonia se hizo el llamado a los presentes a buscar alternativas pacificas para conciliar a la humanidad con la tierra y generar armonía y equilibrio en el planeta, ya que aseguran que el maltrato a la Tierra es la causa de la respuesta de los volcanes.
Al preguntar a la “˜nana”™ América, quien pertenece al Consejo Maya, sobre por qué es necesario realizar estos rituales en centros ceremoniales como El Tazumal, dijo que las energías de los antepasados se postran en las pirámides.
“Cuando nosotros hacemos ceremonias, se abren las puertas dimensionales donde los abuelos escuchan nuestras peticiones y nos revelan sus enseñanzas espirituales para tener consciencia de lo que hacemos los seres humanos con el planeta”, explicó la guía espiritual.
Al final de la ceremonia fueron entregados amuletos de protección para las personas participantes como un recordatorio para que sean “hacedores de bien para el planeta tierra y transformadores de energías negativas a positivas”.
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Fotos: Susana Serrano.