El 23 de julio escribí un artículo sobre la descentralización de criptomonedas llamado Dogecoin para la descentralización. En los últimos días, el precio del Dogecoin se ha disparado.
El punto clave del artículo fue, que confío en las criptomonedas descentralizadas, sin permiso y consensuadas, firmemente enraizadas en el sueño del papel en blanco del bitcoin, de una moneda global digital imparable. No extiendo esa confianza a las monedas y tokens centralizados, con sus “Blockchains” ilimitados (libro contable público, en el que están guardados primeramente los bitcoins, que luego se liberan y fluctúan), controlados por quién sabe quién.
Dogecoin está firmemente descentralizado.
[Nota del editor: Invertir en cryptocoins o tokens es altamente especulativo y el mercado no está regulado en gran medida. Cualquiera que lo considere debería estar preparado para perder toda su inversión.]
Existe una tensión entre el centralismo y la descentralización y es una dinámica política tan antigua como la civilización. El sueño descentralizado trata parcialmente sobre que la sociedad pasará a un siguiente nivel en el que las capas de los intermediarios (agentes o compañías) que sufrimos ahora, se han ido. Estos intermediarios nos dicen qué hacer, nos dicen qué pensar y nos cobran por el privilegio mientras controlan las intersecciones más jugosas de nuestras economías. Al igual que Internet rompió el control absoluto de la información, la “Blockchain” (que se traduce “cadena de bloques”) romperá muchos puntos económicos.
La capacidad de Blockchain para hacer esto es real.
Por esta razón, Blockchain y crypto no son amados por los monolitos de nuestra economía, porque una “cadena de bloques” y su criptomoneda, podrían vaporizar todo su modelo de negocio de la misma forma que Amazon ha arruinado el comercio minorista.