lunes, 15 abril 2024

La toma de posición presidencial

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Si, fue verdad hubo cosas diferentes, como la invitación general al pueblo salvadoreño; la deferencia al pueblo al iniciar los saludos; la utilización del lenguaje de señas por el mandatario entrante, la emotividad del discurso y otras cosas más que desde el punto de vista generalizado estuvieron bien.

Pero hay algo que fue tradicional y es, el olvido de que nuestra República por mandato constitucional es Laica, la tónica ha sido que el desenvolvimiento  de los funcionarios al asumir un cargo público, sea este  de elección popular o nombrados,  sea actuar como si están en una Teocracia, sus palabras están plagadas de invocaciones religiosas y sus acciones, como jurar sobre un libro religioso y no sobre la Constitución como deberí­a de ser, son excluyentes de sectores de la población que no se identifican con las religiones representadas en el acto y de otras tantas personas que sin ser creyentes de ninguna no dejan de ser parte de la población que conforma el Estado y por consiguiente con los derechos que devienen de las leyes de la República.

La presidencia como el ente que preside la institución del Estado no debe marginar a nadie y si bien es cierto que el artí­culo 25 de la Constitución garantiza el libre ejercicio de todas las religiones, no dice que el Estado se debe identificar con alguna o algunas de ellas porque eso, deslegitima la neutralidad que debe de tener para ser verdaderamente la garantí­a de todas las libertades  ciudadanas incluida la religiosa.

Creo que una forma de aportar a quienes conducen el Estado es decir con el respeto debido lo que no es correcto de acuerdo a nuestras leyes, así­ como apoyar lo correcto  cuando se cumple con lo establecido en la Constitución de la República que es la garantí­a  para respetar y defender el Estado de Derecho.

Personalmente me sumo a las personas que desean que al nuevo mandatario y a los funcionarios por él nombrados,  le vaya bien en el desempeño de sus responsabilidades y que sean consecuentes con lo prometido sobre todo en lo relacionado con la justicia igualitaria, la erradicación de la corrupción y la defensa de los Derechos Humanos de la población,     porque si es así­, nuestro paí­s poco a poco ira saliendo de la negatividad heredada por anteriores gobiernos.

Serí­a saludable para nuestra patria, que el Presidente Nayib Bukele tenga la capacidad de escuchar no solo lo que le gustarí­a oí­r, siempre habrán quienes lo hagan, también debe oí­r otros razonamientos que le permitan valorar las situaciones desde todas las aristas del fenómeno para implementar decisiones y directrices que respondan a las expectativas de toda la nación.

Mis mejores deseos para el éxito de su gestión y de todas las personas que lo acompañaran en ella.

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