La producción global de vino se encuentra este año en el punto más bajo desde 1961, con alrededor de 247 millones de hectolitros, un 8,2 por ciento menos que en 2016, según las primeras estimaciones de la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV).
Según explicó hoy el Director General de la OIV, Jean-Marie Aurand, en París, la caída se debe a las heladas que afectaron a importantes zonas de cultivo europeas en primavera (boreal).
En los tres principales productores del mundo -España, Francia e Italia- los niveles de producción fueron históricamente bajos. Italia registró pérdidas de casi una cuarta parte -un déficit del 23 por ciento- (con 39,3 millones de hectolitros), aunque pudo mantener su puesto de líder mundial.
Francia, en segundo lugar, produjo casi un quinto menos que el año anterior (con 36,7 millones de hectolitros) y en España se registró un déficit del 15 por ciento (con 33,5 millones). Los tres líderes juntos son responsables de más de un 44 por ciento de la producción mundial.
En Sudamérica, por el contrario, la producción aumentó con respecto al bajo nivel de 2016, especialmente en Argentina (con 11,8 millones de hectolitros) y Brasil (con 3,4 millones). La excepción fue Chile, donde la producción siguió en un bajo nivel (9,5 millones).
Estados Unidos, en el cuarto puesto mundial, no registró pérdidas significativas y Australia aumentó su producción. En Europa, Portugal, Rumanía, Hungría y Austria son los únicos que experimentaron un aumento de la producción, mientras que Alemania se mantuvo en un nivel bajo.