Por Rubén Aguilar Valenzuela.
En la votación del 1 de junio no era importante saber quienes eran los jueces y magistrados que habrían de “ganar”, en todos los casos ya se sabían sus nombres, la lista de los “ganadores” la había decidido presidencia de la República.
Por si acaso, para evitar cualquier eventualidad y asegurar los resultados previamente palomeados por la presidenta Sheinbaum Pardo, y violando la ley, se diseñaron “acordeones”, para que los simpatizantes votaran tal como ésta quería.
Así, lo que estaba en juego era saber cuál era la real capacidad de presidencia de la República y de Morena para “acarrear” a los votantes. Para ello se invirtieron miles de millones de pesos y se hicieron todo tipo de ilegalidades, sobre las que no habrá consecuencias.
La elección y con ello la capacidad del “acarreo” fue un rotundo fracaso. Según el INE se presentaron a votar el 13% del padrón electoral, pero si a este porcentaje se le quitan los votos nulos y los en blanco, que suman el 3%, es número total de voto efectivo se reduce al 10%.
De los 100 millones que tiene el padrón, el voto efectivo solo fue de 10 millones. Así, 87 millones decidió no ir a votar, por la causa que sea, y tres millones lo hicieron para protestar. En los hechos 90 millones se manifestaron en contra.
A este gigantesco fracaso, en votación y capacidad de “acarreo”, hay que añadir el de las elecciones de alcaldes en los estados de Veracruz y Durango.
En Veracruz, que se disputaban 212 alcaldías, Morena tenía 130 de estas y pierde 48, que ya eran suyas, y 500 mil votos. Ahora en alianza con el PVEM gana 60 alcaldías y solo 11, en total 82. El PT, que no fue en alianza, obtiene 28 y el PVEM solo 13.
El PAN pasa de tener 13 alcaldías a 34; el PRI de seis a 23. La gran sorpresa, y el gran triunfador, es el MC, que de tener 10 alcaldías obtiene 41, se hace de 31 nuevas alcaldías y de 570 mil votos. Tiene un crecimiento del 300% y se convierte en la segunda fuerza electoral del estado.
En Durango, donde se disputaban 39 alcaldías, a Morena también le va mal. Morena-PVEM gobernaba 20 y ahora solo 16, pierde cuatro y pasa del 38.8% de los votos al 33.1%. La alianza PRI-PAN obtiene 15 y el PRI solo cinco más.
La sorpresa vuelve a ser el MC, que gana tres alcaldías, que antes no tenía, y se hace del 17.3% de los votos, que equivale a crecer en 111.0% con relación a la votación de 2022.
El fracaso de Morena es evidente, están ahí los datos duros. Las razones del fracaso de la elección de jueces y magistrados se han dado a conocer en muchos análisis. Ahora solo me refiero a los resultados de Veracruz y Durango.
Las razones son cinco: Descontento con la gestión de la presidenta; mala operación de los dirigentes de Morena a nivel nacional; rechazo a la gobernadora de Veracruz, Rocío Nahle, que ha resultado, como su antecesor, un desastre; reconocimiento a la gestión del gobernador de Durango, Esteban Villegas, y en general buenos candidatos y estrategia de la oposición.