lunes, 23 junio 2025
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La cultura del rendimiento

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"El término 'workholic' o 'adicto al trabajo' (...) es definida como una necesidad excesiva e incontrolable de trabajar incesantemente": Gabriel Otero.

Por Gabriel Otero.

La escritora y académica Claudia Meyer me envió un artículo interesantísimo: “La sociedad del rendimiento: ¿rendir o rendirse?” de la autoría de Mariana Toro Nader. Su lectura impulsa al análisis, en esta carrera profesional de reinventarse laboralmente a costa del desgaste físico, intelectual y emocional.

Si bien es cierto de que el término “workholic” o “adicto al trabajo” cuyas primeras referencias surgieron en 1968, “cuando el profesor norteamericano de religión W. E. Oates, lo utiliza para (describir) a su propia relación con el trabajo y lo comparó con otra adicción: el alcoholismo. Éste (emana de) la unión del término trabajo (work) y alcoholismo (alcoholism) y es definida como una necesidad excesiva e incontrolable de trabajar incesantemente, que afecta a la salud, a la felicidad y a las relaciones de la persona. Más tarde, en 1971, lo conceptualizó en su libro sobre workaholism(1).

La expresión culmen de esta actitud o modo de vida se potenció en los albores del nuevo milenio, en la década de los años noventa, hoy son comunes las connotaciones positivas del concepto, aunque originalmente no era así.

Mi generación creció bajo los influjos de una competencia feroz, a nosotros nos fomentaron en nuestras familias y en las universidades a ser los mejores en nuestro campo, lo cual exigía una completa dedicación, casi un apostolado, para el desarrollo profesional, por lo que las semanas laborales de 40 horas siempre fueron un mito, había que dar el “extra” en tiempo y en esfuerzo y el sacrificio estaba implícito, ni siquiera debía cuestionarse. La calidad debía prevalecer.

Nunca había que quitarse a camiseta de la empresa o de la institución, el compromiso tácito, se lacraba más allá de la oficina y del lugar del trabajo, y a ese elemento ahora se le suman las métricas del desempeño, el performance o rendimiento.  

Y “mientras unos rinden (perform), otros llevan la cuenta (score). Entrenadores y estadísticos deportivos miden el rendimiento de los atletas. Las empresas monitorean el desempeño de sus empleados, los mercados de valores registran el rendimiento de las empresas y los indicadores nos dicen qué naciones son más o menos libres, democráticas o corruptas.”(2) 

Después de 36 años de vida profesional, y con las nuevas generaciones pisando los talones, es indispensable renovarse constantemente para no caer en la obsolescencia laboral.

¿Qué debo demostrar a estas alturas? Nada como gestor cultural, la trayectoria es propia con aciertos y torceduras, como escritor publicar lo que resta de mi vida.

Tarde o temprano llegará el retiro, que siempre será mejor adecuarlo a los plazos oportunos.   

____________________________________

(1) Enrique, C. A. (s. f.). Adicción al trabajo (workaholism): Patología psicosocial del siglo XXI. https://ve.scielo.org/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1315-01382010000100006

(2) Nader, M. T. (2025, 20 junio). La sociedad del rendimiento: ¿rendir o rendirse? Ethichttps://ethic.es/rendir-rendirse-sociedad-rendimiento

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Gabriel Otero
Gabriel Otero
Escritor, editor y gestor cultural salvadoreño-mexicano, columnista y analista de ContraPunto, con amplia experiencia en administración cultural.

El contenido de este artículo no refleja necesariamente la postura de ContraPunto. Es la opinión exclusiva de su autor.

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