La sonrisa de Julia Valencia tiene el tamaño de lo que ama: el mar. Su ánimo tiene el ímpetu y la furia de las olas al momento de hablar del feminismo y a la hora de abordar la dignidad y el respeto hacia las mujeres. Defiende a capa y espada sus creencias e ideas hasta las últimas consecuencias. Por ejemplo, su lema “Ni una menos” lo lleva tatuado en su brazo izquierdo y ha confeccionado “”en sus propias palabras”” “unos calzones con ideas y motivos feministas”. Para ella todo es un lienzo para exponer su militancia y su filosofía de vida.
La salvadoreña es creadora de la marca Señorita Violencia (nombre que nació en su época de estudiante universitaria) y su trabajo artístico ha sido acogido en lugares como el Centro Cultural de España y la Alianza Francesa (ambos en El Salvador). Sus diseños han llegado a otros países. En su horizonte solo le queda crear, crear y crear. Eso sí: de la mano del arte y del feminismo.
En esta conversación Julia Valencia aborda la violencia, el acoso, la política, la exclusión de la lucha de las mujeres en la historia de la humanidad, la discriminación de la mujer en los ámbitos profesionales y en los espacios culturales de El Salvador. También recomienda una película y no escatima energía a la hora de decir que si ella pudiese entregar el Premio Nacional de Cultura 2019, pues se lo daría a la escritora Jacinta Escudos. Ah, y cómo no: la entrevista tiene en primer plano su razón de vivir: el feminismo.
Rompamos el hielo. ¿Quién es Julia Valencia?
Una mujer de 36 años, diseñadora gráfica de profesión, feminista, cinéfila, adicta al mar y a la pizza. Creadora de Señorita Violencia. Es una marca de productos feministas los cuales la mayoría estampo con mis propias manos.
¿En qué momento tenés un encuentro con el feminismo? ¿Cómo empezó todo?
Creo que desde pequeña. Mi mamá definitivamente es una mujer feminista que me enseñó siempre que las mujeres podemos lograr lo que queremos, que las tareas de la casa deben ser compartidas, que si tiene hijos eso no la detiene para no desempeñarse en áreas diferentes de trabajo que no impliquen exclusivamente el cuidado de los hijos y el hogar. Ya de adulta me encontré también con casos cercanos de violencia de género, personalmente casos de acoso y eso me hizo querer hacer y trabajar algo al respecto para visibilizar esas problemáticas.
Le puede interesar: Penalización del aborto es causa de muerte para mujeres salvadoreñas: médicos.
¿Hay una Julia Valencia antes y una Julia Valencia después a partir del feminismo?
En mí caso personal el feminismo era implícito. Siempre he sido alguien que confronta o que lucha para evidenciar cuando algo no es justo. Y cuando uno es mujer es algo que se vive a diario. De ahí viene el “Señorita Violencia”: de ser alguien reactivo y la coincidencia del parecido con mi apellido. Claro que sí se puede decir que hay una época “”sobre todo la presente”” en la cual la lucha se vuelve algo más activa y algo más visible, pero el feminismo afortunadamente para mí creo que siempre ha estado ahí.
¿Cómo ves la recepción del feminismo en la sociedad salvadoreña, especialmente en los hombres?
Es bien complicado. Casi siempre se limita a un concepto bien básico y superficial de las cosas y se tiene ese concepto de decir las “feminazis” son de determinada forma y no se preocupan por leer o conocer más allá [del feminismo]. [Y esto] es siempre parte del sistema patriarcal el querer menospreciarnos [como mujeres] y hacernos ver mal para desacreditarnos.
¿Hay un antes y un después para la mujer en El Salvador con 20 años del partido Arena y 10 del FMLN?
No sabría decir que ha habido un evidente parteaguas. Espero y quiero creer que se ha avanzado pero como ya he dicho anteriormente: los gobiernos muchas veces utilizan las luchas “”en este caso la feminista”” a conveniencia y para obtener adeptos y credibilidad y al final sólo quedan en discurso. Los gobiernos siguen teniendo deudas grandísimas con las mujeres y deben tomar medidas reales y funcionales sin involucrar moralismos o religión en temas graves como los feminicidios, los embarazos infantiles, agresiones o el aborto.
¿Cuál es tu posición con respecto al llamado lenguaje inclusivo? Los especialistas en lingí¼ística lo ven ridículo.
Considero que desacreditar hasta esos temas es parte de lo mismo: menospreciar todo lo que tenga que ver con el feminismo y su lucha. Y creo que el lenguaje inclusivo si es una forma de evidenciar que se nos excluye hasta en la forma de hablar o escribir, pues es totalmente válido [usarlo]. Como siempre digo: todo abona y si esa es una forma de avanzar, pues no es ni la única ni la última razón por la que a las feministas se nos va seguir llamando ridículas ni exageradas ni locas [ríe].
El arte y el feminismo se dan la mano, ¿crees que eso pueda pasar en la religión y en la política?
Tristemente incluso en el arte falta mucho. Yo me admiro y me molesto porque se crean eventos artísticos con paneles que sólo incluyen a hombres. Hay exposiciones con quince nombres donde solo se incluye el de una mujer. Es increíble a estas alturas que en cualquier espacio no inviten a mujeres habiendo tantas en cualquier rama profesional que puede opinar y aportar. Y en cuanto a la religión y la política “”que son sistemas más arcaicos y cerrados”” estamos peor. Quiero creer que en algún momento se van a dar cuenta que el tren del feminismo es indetenible y que si no se suben a la misma velocidad se los va pasar llevando.
Lea también: Mujeres salvadoreñas siguen en desventaja en el mercado laboral.
Hay gente que dice que el feminismo lo que ha hecho es acrecentar las barreras entre hombres y mujeres. ¿Qué opinás?
Que es una total tontería. Lo que acrecienta las barreras es que los hombres no quieren soltar sus privilegios, quieren seguir en su posición cómoda y no soltar espacios, esos espacios que se nos han sido negados, que merecemos y que somos perfectamente capaces de llenar.
Seamos autocríticos: ¿qué le hace daño al feminismo dentro del mismo feminismo?
El feminismo en sí no hace ningún daño, lo que hace daño es la gente que se autodenomina feminista y que no actúa coherentemente y que sólo se queda en el discurso pero sigue teniendo actitudes que perpetúan el sistema patriarcal. Entonces, eso afecta porque muchas veces da imágenes inapropiadas de qué es ser feminista o da pie a conceptos equivocados que refuerzan a personas que quieren atacar el feminismo. Somos humanas sí, y todas estamos aprendiendo en el camino, pero hay que tener claro que es lo que se quiere y no ocupar el discurso feminista a conveniencia.
¿Cómo ves los espacios culturales para las mujeres?
Anteriormente decía que hasta en el arte y los espacios culturales nos toca luchar para ganar espacios. Siempre se ha dado por sentado que en muchas ramas del arte son los hombres los que tienen más años de experiencia o talento y se ha limitado a creer que para las mujeres están espacios como la danza o el teatro y no es así. Pero ahí estamos, tratando de romper eso y demostrar que hay mucho talento y mujeres capaces de todo en cualquier ámbito.
A partir del feminismo, ¿qué pensás de las mujeres que ejercen el trabajo sexual?
Nunca he estado de acuerdo en que se ponga precio a un cuerpo. Creo que también es consecuencia del sistema patriarcal el explotar y decidir cuándo, cómo y dónde quiere comprar a una mujer y hacer lo que quiera como si fuera un objeto. Me parece lamentable que producto de la necesidad se tenga que recurrir a eso y que los hombres una vez más usen sus privilegios y crean que pueden ser dueños de nuestros cuerpos.
¿Crees que el sistema educativo de El Salvador calla sobre las luchas que han hecho las mujeres en la historia?
Definitivamente se nos debe inculcar más sobre la historia de mujeres importantes en movimientos sociales o hechos históricos. En El Salvador hay gente con carreras universitarias [con desconocimiento total sobre estos hechos]. El caso de Prudencia Ayala es uno.
Has dicho que sos cinéfila, ¿cuál es tu película favorita que exalta tu lucha y tus causas? ¿O cuál película recomendarías?
“˜Mercury 13″™ dedicada a la historia de un grupo de mujeres que se sometieron a numerosas pruebas para calificar como astronautas, pero finalmente sus oportunidades fueron truncadas. Esto en parte por los prejuicios hacia las mujeres y en parte por la discriminación y en mayor medida por las esferas de poder encabezadas e integradas por hombres. Creo que esto es un reflejo de muchas cosas en cualquier sociedad machista donde siempre se nos quieren cerrar espacios a las mujeres. Siempre he creído que esto sucede porque nos tienen miedo. Los hombres saben lo capaz que somos las mujeres en cualquier cosa.
Lea además: “La violencia contra las mujeres es una emergencia en El Salvador”.
¿Qué más has pensado hacer con tu proyecto "Señorita Violencia"? ¿Qué se viene en un futuro inmediato?
¡Uf”¦! He pensado hacer tantas cosas: talleres, una tienda feminista, eventos culturales. Poco a poco voy haciendo lo que está a mi alcance para propagar el tema del feminismo. Y en el futuro inmediato lo que se viene son nuevos diseños, más fanzines, más y diferentes productos y eventos en los que voy a participar siempre de la mano del arte y el feminismo.
Si tuvieras la potestad de decidir quién podría ser Premio Nacional de Cultura 2019, ¿a qué mujer escogerías y por qué razón?
A Jacinta Escudos, porque “”como a muchas mujeres en este país”” no se le ha sabido reconocer su enorme talento, aporte y legado cultural como mujer y escritora. Volvemos a lo mismo: no se nos inculca en la educación a leer a escritores nacionales contemporáneos y ella es alguien con un nivel que no tiene nada que envidiarle a escritores internacionales y siento que debemos de aprovechar que ella está ahí, que está viva y que debemos promover sus publicaciones.
https://www.youtube.com/embed/Sx2ojan5yWA
