El Informe Estado de la Región en Desarrollo Sostenible, reveló recientemente que los que los mercados laborales en Centroamérica son mayoritariamente informales y en el caso de la población salvadoreña dos de cada tres están ocupados en actividades no agrícolas y se desempeñan en el sector informal de la economía.
En el mismo documento, datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), detallan que hasta 2013, 9.3 millones de centroamericanos y dominicanos trabajaban en la informalidad, es decir, el 61.5 % de la población regional.
En el caso específico de Centroamérica hay países que superan esa proporción. Para el caso, en El Salvador, el 66 % de la población ocupada se desempeña en empleos informales.
La OIT señala que aunque no se puede considerar que todos los trabajos informales sean de mala calidad, es frecuente que ofrezcan precarias condiciones laborales y se presten a atropellos a los derechos de los trabajadores.
El Salvador, según los datos recopilados por el PEN es uno de los países centroamericanos con la incidencia más alta de informalidad. Le supera Guatemala, que muestra el porcentaje más alto en la región, 77 %; y a esta nación le sigue Nicaragua (75 %) y Honduras (72 %). Cierran la lista Panamá (43 %) y Costa Rica (36 %).
El informe destaca que en el periodo posterior a la crisis internacional de 2008, el empleo aumentó en El Salvador, pero más por el sector informal que por el formal.
Según las estadísticas del estudio, entre 2004 y 2008, el empleo informal creció en promedio, cada año, poco menos de 0.6 %, pero en el periodo comprendido entre 2010 y 2013, aumentó el 1.73 %.
Mantenerse en el sector laboral informal, le impide a este rubro de la población visualizar estabilidad y una pensión a futuro, lo más preocupante es que la OIT también ha detallado que este tipo de empleo aqueja, principalmente, a grupos vulnerables como mujeres, jóvenes e inmigrantes.