El Centro Nacional de Huracanes (NHC) de Estados Unidos advirtió que el huracán Milton sería una “tormenta mortal y catastrófica” y, hasta ahora, ha cumplido con esta advertencia. Con vientos de hasta 165 km/h, el huracán golpeó la costa de Florida, provocando graves inundaciones y apagones masivos en la región. Más de 2,8 millones de hogares y negocios han quedado sin electricidad, según el portal poweroutage.us.
Joe Biden, presidente de Estados Unidos, instó a los residentes en las zonas más afectadas a evacuar y seguir las indicaciones de emergencia, enfatizando que es una “cuestión de vida o muerte”.
El cambio climático intensifica los huracanes
El huracán impactó Florida cerca de Siesta Key, en el condado de Sarasota, y ha generado grandes dificultades para los residentes. Aeropuertos en ciudades importantes, como Tampa y Sarasota, han cerrado operaciones, y muchas carreteras están inundadas, lo que ha dejado a varios conductores atrapados. La situación ha obligado a miles de personas a buscar refugios temporales, mientras que las autoridades trabajan para restaurar la energía y reducir los daños.
Ciudades turísticas como Orlando, que alberga atracciones famosas como Walt Disney World, han sido afectadas, con la suspensión de actividades y el cierre de negocios. Esto no solo afecta a los residentes locales, sino también a miles de turistas que se encontraban en la zona.
Expertos señalan que el cambio climático está agravando la intensidad de los huracanes. Las aguas más cálidas del océano, provocadas por el calentamiento global, generan tormentas más fuertes y peligrosas. Según estudios recientes, los huracanes en esta región se han vuelto aproximadamente un 10% más intensos debido a estos cambios, lo que representa un riesgo creciente para las comunidades costeras.