La vicepresidenta de Nicaragua, Rosario Murillo, dijo este viernes que rechazar el gobierno de su esposo Daniel Ortega es un "golpe sacrílego, pecaminoso". Las declaraciones se dan en medio de una crisis sociopolítica que ha dejado entre 317 y 448 muertos en dicho país, en protestas contra el Estado nicaragí¼ense.
Al igual que Ortega, Murillo sostuvo que todo se trata de un intento frustrado de golpe de Estado, y se refirió de forma despectiva a quienes supuestamente lo han planificado, sin especificar sus nombres.
"Sólo ellos, los puchos (pocos), los chingastes (residuos), la poquedad, pero siguen apostando, planificando inestabilidad, dificultades, ellos, los que han promovido y financiado las acciones del golpe clasista, terrorista y criminal, el golpe sacrílego, pecaminoso", sostuvo Murillo.
La vicepresidenta basó su afirmación en que el de su marido es un Gobierno cristiano, que se preocupa por los pobres.
El mensaje de la también primera dama desató burlas en redes sociales, ya que Murillo es más conocida por sus creencias esotéricas que por sus prácticas relacionadas con Jesucristo.
Los internautas tampoco dejaron escapar el menosprecio de Murillo hacia las personas que se oponen al Gobierno de Ortega, a quienes ha llamado "minúsculos", "vandálicos", "terroristas", "puchitos", "vampiros" o "chupasangre".
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH) han responsabilizado al Gobierno de Nicaragua de "asesinatos, ejecuciones extrajudiciales, malos tratos, posibles actos de tortura y detenciones arbitrarias", lo que Ortega ha negado.
Nicaragua vive la crisis sociopolítica más sangrienta desde la década de los años 1980, también con Ortega como presidente.
Las protestas contra Ortega y Murillo, comenzaron por unas fallidas reformas de la seguridad social y se convirtieron en una exigencia de renuncia del mandatario, después de once años en el poder, con acusaciones de abuso y corrupción.