Desde el 20 de enero, cuando Donald Trump inició su nueva gestión en la Casa Blanca, El Salvador ha recibido al menos 59 vuelos con personas expulsadas de Estados Unidos, según el más reciente monitoreo de la organización Witness at the Border, que rastrea las operaciones de ICE Air.
La entidad detalla que solo en mayo aterrizaron 17 aeronaves con unas 1 600 personas. Dos de esos vuelos partieron de la base militar de Guantánamo, en Cuba, y utilizaron aviones de las Fuerzas Armadas estadounidenses.
ICE Air opera estos traslados bajo la coordinación del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) de Estados Unidos, utilizando tanto aviones comerciales fletados como, en casos específicos, aeronaves militares.
Witness at the Border señala que la frecuencia de llegadas coloca nuevamente a El Salvador entre los principales destinos de deportaciones en el llamado Triángulo Norte de Centroamérica, una condición que, a juicio de la organización, se ha reforzado tras el retorno de Trump a la presidencia.