La acuciante crisis económica de El Salvador se ha convertido en el principal motivo por el cual los electores del país se preparan para dar un voto de castigo a la gestión del presidente, Salvador Sánchez Cerén, en las elecciones de diputados y alcaldes, el próximo 4 de marzo.
"Desde hace dos años para acá lo que antes se compraba con 25 dólares es imposible comprarlo ahora. Todos los precios se han elevado y el salario apenas alcanza. Tengo la costumbre de guardar los ticket de las compras y me confirman la variación de precios hacia un alza grande", dice Margarita Cañas, ama de casa, al salir de un supermercado de la capital salvadoreña.
Cañas tiene otros argumentos que no escapan a la vida diaria en El Salvador: "Algunas personas dirían que es más barato comprar en los mercados; pudiera ser cierto pero uno se expondría a la inseguridad: a que te roben y en el peor de los casos, a la muerte violenta."
"Y el tema real", agrega, "es que los salarios están muy bajos y el empleo cada vez más difícil". El Gobierno actual "ha generado muy poco trabajo" y el trabajo formal "es ya muy escaso, incluso para los profesionales", acotó.
El oficialista Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) gobierna El Salvador desde 2009, cuando arribó a la presidencia el periodista Mauricio Funes, hoy asilado en Nicaragua tras acusaciones de enriquecimiento ilícito. En 2014 llegó al poder el ex jefe guerrillero Salvador Sánchez Cerén, quien ha sido muy criticado por su mala gestión económica.
La última encuesta del diario "La Prensa Gráfica", del pasado 19 de febrero, aseguró que un 73,5 por ciento de los salvadoreños consideraban que la situación de la economía nacional era mala o muy mala. Asimismo, un 82,9 por ciento opinaba que el costo de vida era alto.
"En los análisis que hemos hecho, pese a que se dice que el crecimiento de la economía es muy bajo, lo que hemos visto es que éste genera tres veces más beneficios para la clase empresarial que para la clase trabajadora, pero esto ha sido así antes de que la izquierda llegara al poder", explicó la economista Julia Evelyn Martínez, de la Universidad Centroamericana (UCA).
"En El Salvador se está hablando de un voto de castigo al partido en el Gobierno en las próximas elecciones debido a los resultados económicos de su administración, pero yo aclaro que su fracaso es por lo que no hizo desde el Ejecutivo y desde el Parlamento para cambiar y beneficiar a los más necesitados", agregó la académica.
En las calles de San Salvador se constata el descontento con el Gobierno. "No cumplieron con las promesas que hicieron. Imagínese, el subsidio del gas nos lo quitaron. Prometieron que nos lo iban a dejar permanente pero nos lo quitaron, como también el subsidio de la electricidad. Con nuestros salarios salir adelante cuesta", asevera Berta Melgar, empleada de una empresa privada.
Alfredo Mendoza, un desempleado que sale diariamente a buscar oficios para pagarse el alimento del día, afirma: "Ellos no se portaron bien con el pueblo. Y el castigo más grande que les van a dar es que no les van a dar el voto".
Por su parte, el experto en temas electorales Félix Ulloa apuntó que la mala calificación que tiene el presidente "son costos que va pagar el partido oficial en las elecciones municipales y legislativas". "El FMLN generó muchas expectativas de cambio desde el 2009, pero eso no llegó", subrayó.
"En este segundo mandato del FMLN, el protagonismo y el liderazgo en los cambios económico sociales del Presidente son prácticamente nulos. Y el electorado evalúa y pasa su factura. Esto es una situación muy similar a la que afrontó la Democracia Cristiana cuando perdió las elecciones municipales y legislativas de 1988 y al año siguiente perdió las presidenciales. En la actualidad hay una situación parecida", finalizó Ulloa.