El alto jefe militar de Irán, general Qasem Soleimani, comandante de la fuerza de élite Al Quds de la Guardia Revolucionaria iraní, unidad a cargo de las operaciones en el exterior, murió este viernes en un ataque con drones en el aeropuerto de Bagdad, la capital iraquí, llevado a cabo por el Ejército estadounidense siguiendo órdenes del presidente Donald Trump, según ha confirmado el Pentágono.
La muerte de quien fuera el arquitecto de la inteligencia y la fuerza militar iraní durante las últimas dos décadas supone un durísimo golpe a Teherán, que ha prometido venganza, y dispara dramáticamente la tensión en la región, indicó el periódico español EL PAÍS.
“Su marcha hacia Dios no pone fin a su camino o su misión, pero una poderosa venganza aguarda a los criminales que tienen su sangre y la sangre de los otros mártires de anoche en sus manos”, ha dicho el líder supremo iraní, el ayatolá Ali Jamenei, en un comunicado publicado tras la operación que acabó con su hombre fuerte y con otras nueve personas, incluidos cinco miembros de la Guardia Revolucionaria, según la televisión oficial iraní. Jamenei anunció tres días de luto público y, después, represalias.
La agencia AFP dice que Los Guardianes de la Revolución iraní emitieron un comunicado sobre la muerte de Soleimani.
“Los Guardianes de la Revolución anuncian que el glorioso comandante del islam, Haj Qasem Soleimani, después de una vida de servidumbre, murió en mártir en un ataque de Estados Unidos contra el aeropuerto de Bagdad esta mañana”, dijeron en una declaración leída en la televisión pública iraní.
Qasem Soleimani, el general que lideraba la proyección de Irán en la región (EL PAÍS)
Nacido en 1957, en el seno de una familia de campesinos pobres en una pequeña aldea de la provincia de Kermán, en el sureste de Irán, Qasem Soleimani dejó la escuela tras completar tan solo su educación primaria. Viajó después a la capital de la provincia, del mismo nombre, para trabajar como albañil y pagar así las deudas de su padre. Según recordaría más tarde, su politización tuvo lugar en la segunda mitad de la década de los setenta, cuando Irán se encontraba en plena efervescencia prerrevolucionaria contra el sha Reza Pahlevi.
Soleimani se convirtió en miembro de la Guardia Revolucionaria en mayo de 1979, apenas semanas después de que la organización militar fuese establecida por el ayatolá Jomeini con el fin de proteger la recién proclamada República Islámica. Tras un breve periodo de instrucción, su unidad fue desplegada en Mahabad, en el Kurdistán iraní, para reprimir una rebelión kurda contra el nuevo Estado.
Tras la invasión de Irán por parte de Irak en septiembre de 1980, Soleimani combatió en algunas de las campañas más significativas del conflicto, distinguiéndose por su valor. Cuando la guerra terminó en 1988, fue enviado a la conflictiva provincia de Sistán-Baluchistán, en el sureste de Irán, donde dirigió una exitosa campaña contra el tráfico de opio desde el vecino Afganistán.
Reacciones mundiales
Al explicar la decisión de matar a Soleimani, el Pentágono no solo se centró en sus acciones pasadas, también insistió en que el ataque fue disuasorio.
Y que el general Soleimani, dice el comunicado del Pentágono, estaba "desarrollando activamente planes para atacar a los diplomáticos y miembros del servicio estadounidense en Irak y en toda la región".
No es de extrañar que el impacto inicial haya sido un aumento de los precios del petróleo.
Estados Unidos y sus aliados buscarán la manera de defenderse. Washington ya ha reforzado su embajada en Bagdad. Es posible que planee incrementar su presencia militar en la región rápidamente si fuera necesario.
Pero es igualmente posible que la respuesta de Irán sea, en cierto sentido, asimétrica —en otras palabras, no solo ataque por ataque; bien podría intentar jugar con el amplio apoyo que tiene en la región— a través de los muchos poderes que Soleimani construyó y financió.
Podría, por ejemplo, renovar el asedio a la embajada de Estados Unidos en Bagdad, poniendo al gobierno iraquí en una situación difícil y cuestionando el despliegue de Estados Unidos en ese país.
Eso podría impulsar movilizaciones en otros lugares para cubrir otros ataques.