A partir del 1 de enero de 2026, los salvadoreños en EE.UU. deberán pagar un impuesto del 1 % por enviar remesas a El Salvador, según un nuevo paquete fiscal impulsado por la administración de Donald Trump y aprobado por el Senado.
La medida forma parte del plan “Gran y hermoso proyecto”, que busca financiar iniciativas con fuertes disposiciones antimigratorias. Aunque originalmente se propuso un impuesto del 5 %, este fue reducido primero al 3.5 % y finalmente aprobado en 1 %.
El tributo aplicará a todas las transferencias superiores a $15 realizadas por personas no estadounidenses. Solo en 2024, El Salvador recibió $7,769.2 millones en remesas, el 91.6 % procedente de EE.UU., lo que implicaría una recaudación potencial de $77.6 millones anuales con esta nueva tasa.
El impacto podría ser significativo para los 984,500 salvadoreños que estarían sujetos al impuesto, de los más de 1.5 millones que viven en EE.UU. Según economistas, los migrantes podrían asumir el costo, reducir el monto enviado o buscar vías alternas como criptomonedas o envío con viajeros.
El Salvador es uno de los países más dependientes de remesas en América Latina. Según el BCR, estas representan el 23.9 % del PIB y llegan al 26.8 % de los hogares, siendo clave para la manutención y gastos básicos.
La iniciativa aún debe ser aprobada por la Cámara de Representantes y firmada por Trump para entrar en vigencia.