Un ataque estadounidense con un avión no tripulado alcanzó el domingo un vehículo que transportaba a “múltiples terroristas suicidas” de la filial afgana del Estado Islámico antes de que pudieran dirigirse a la evacuación militar en curso en el aeropuerto internacional de Kabul, confirmaron funcionarios estadounidenses a la agencia AP y a The New York Times.
“Llevamos a cabo un ataque aéreo contra una amenaza creíble en Kabul”, agregaron
Un funcionario militar agregó a la agencia AP que el ataque del domingo causó “importantes explosiones secundarias”, lo que indica la presencia de una cantidad sustancial de material explosivo en el vehículo.
Los informes iniciales indican que no hubo víctimas civiles causadas por el ataque aéreo, pero aún están evaluando los informes de cualquier otro daño colateral.
Se trata del segundo ataque aéreo que Estados Unidos lleva a cabo contra el grupo, que reivindicó el atentado suicida del jueves pasado en la puerta del aeropuerto de Kabul, en el que murieron 13 miembros del servicio estadounidense y decenas de afganos que luchaban por salir del país y escapar del nuevo régimen talibán.
Ayer, el mandatario norteamericano había advertido que un nuevo ataque contra el aeropuerto de Kabul era “muy probable”. “La situación en el lugar sigue siendo extremadamente peligrosa y la amenaza de un ataque terrorista en el aeropuerto sigue siendo alta”, escribió Biden en un comunicado. “Nuestros comandantes me informaron que era muy probable que se produjera un ataque en las próximas 24 a 36 horas”.
Pocas horas después, la embajada estadounidense en Kabul urgía a sus ciudadanos a alejarse del aeródromo “debido a una amenaza específica y creíble”.
A dos días del 31 de agosto, fecha límite para la retirada de Estados Unidos tras 20 años de guerra, las evacuaciones de aquellos afganos temerosos del nuevo régimen talibán empiezan a llegar a su fin en el aeropuerto Hamid Karzai.
Fuertemente armados, combatientes islamistas circulaban en los terrenos y edificios anexos al aeropuerto bajo la atenta mirada de marines estadounidenses ubicados en el techo de la terminal, según periodistas de la AFP.
Los talibanes cortaron las carreteras hacia el aeropuerto y solamente permiten el paso a buses autorizados. Periodistas de AFP vieron una decena de autobuses descargar sus pasajeros en la puerta principal del aeropuerto.
A raíz del atentado, talibanes y estadounidenses estrecharon su colaboración. “Tenemos listas de los estadounidenses (…), si su nombre está en la lista, puede atravesar”, dijo a la AFP un responsable talibán.
En el aeródromo, último enclave controlado por las fuerzas extranjeras en Afganistán, ya no hay rastro de las caóticas imágenes de miles de personas desesperadas tratando de salir del país.
En total, unas 114.000 personas fueron evacuadas desde el 14 de agosto, en la víspera del retorno al poder de los talibanes, según las últimas cifras del gobierno estadounidense.
Biden se comprometió a respetar el fin del puente aéreo. La OTAN y la Unión Europea habían pedido alargarlo unos días más para poder sacar a todos los afganos eligibles para recibir protección occidental. Y Francia y el Reino Unido abogarán este lunes ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas por crear una “zona segura” en Kabul para continuar con las operaciones humanitarias más allá del 31 de agosto, dijo el presidente francés, Emmanuel Macron.
“Esto daría un marco a las Naciones Unidas para actuar de urgencia y permitiría sobre todo a cada uno asumir sus responsabilidades y a la comunidad internacional mantener la presión sobre los talibanes”, apuntó Macron a Le Journal du Dimanche.
Muchos países, entre ellos Francia, Italia, España, Alemania, Canadá y Australia, ya han dado por concluidas sus respectivas operaciones de evacuación, reconociendo en varios casos que dejaban atrás civiles afganos en peligro.
La operación, que permitió evacuar a 15.000 personas, “salió tan bien como se pudo”, pero fue “desgarrador” no haber “podido sacar a todos”, reconoció el jefe de las fuerzas armadas británicas, el general Nick Carter.
Con su retorno al poder, los talibanes tratan de ofrecer una imagen más abierta y moderada. Pero muchos afganos temen una repetición del régimen fundamentalista y brutal que impusieron entre 1996 y 2001, cuando fueron derrocados por una coalición internacional liderada por Estados Unidos.