Tras la presión mediática ejercida por los padres de familia para evitar el cierre de la escuela parroquial San José de la Montaña ubicada en la colonia Escalón, San Salvador, el arzobispo de San Salvador, José Luis Escobar Alas, confirmó que han detenido la medida que estaba programada para el año 2020.
El jerarca católico dijo que han buscado otra alternativa para evaluar la viabilidad de la continuidad del centro de estudios.
"Compartimos la preocupación de los padres de familia, y lo menos que queremos es que salga afectado ninguno de los niños, tampoco queremos gravarlos con una cuota alta, nos interesa que los niños más pobres puedan estudiar sin ningún problema", dijo Escobar Alas.
Agregó, que quieren llevar calma a los padres ante la zozobra que había ante la medida que iba a afecta a 182 estudiantes.
La noticia que fue emitida en la escuela de padres realizada, el pasado fin de semana, obedece a que la curia capitalina ya no tiene la capacidad económica para darle continuidad al proyecto educativo, tras 28 años de funcionamiento.
En la junta, el administrador ejecutivo del arzobispado de San Salvador, Juan Carlos Cuellar, aseguró que desde hace dos años detectaron que ya no tenían la capacidad de darle sostenibilidad a la escuela, pese a que hicieron esfuerzos para conseguir capital.
“Evaluamos esta situación y se ha visto que es insostenible, porque el número de niños es poco a comparación de otros centros escolares que están en la zona y que pueden ofertar el mismo servicio de educación que se oferta aquí”, expresó Cuellar.
Por lo tanto, sostuvo que trabajaran para hacer el traspaso de los estudiantes hacia otras escuelas que se encuentran cercanas y que tienen las mismas características que San José de la Montaña.
Ante esta postura, los padres de familia mostraron su malestar debido a que fue una acción impuesta y no hubo un previo diálogo para buscar algún tipo de alternativa a esta problemática.
Por lo que consideran que no es posible que se deje a los menores sin sus estudios y a más de 10 personas entre profesores y personal de mantenimiento sin sus empleos.
“No creo que sean los números quizás porque tienen otros fines pero que sean sinceros… No creo que la iglesia quiera mandar a estos niños a aventurarse a otra clase de vida en otras escuelas. No digo que sean espéciales pero son buenos y no tienen malicia, acá dan una calidad de estudio y a muchos los conocemos desde pequeños”, dijo Arnoldo Romero, quien tiene actualmente a su hijo en cuarto grado.