El luto que va dejando a su paso la proliferación del coronavirus ha alcanzado a la Iglesia Católica Salvadoreña, esto luego que el virus le arrebatara la vida al sacerdote, Roberto Urrutia, quien prestaba sus servicios a diferentes iglesias, entre ellas, la parroquia San Francisco, la cual está ubicada en las inmediaciones de la alameda Juan Pablo II y que está bajo la administración del cardenal salvadoreño, Gregorio Rosa Chávez.
La noticia fue anunciada el pasado 3 de marzo por Rosa Chávez, quien lamentó la irreparable pérdida del religioso, debido al legado que dejo entre la comunidad cristiana capitalina y en los jóvenes a quienes formó en educación cristiana.
En este último punto, Urrutia impartió clases en el Complejo Educativo Católico “San Francisco”, quien con su carisma sabia captar la atención de los educandos en el área de los valores religiosos.
“El padre Urrutia era una gran persona, tenía una forma peculiar para educar, el estudiante que no atendía las reglas en clases le ponía planas de ¿Qué es Diciplina? Diciplina es saber adecuar la conducta personal en que se encuentre el individuo… Es muy lamentable que personas buenas estén perdido la batalla ante esta enfermedad”, comentó Francisco Guzmán, exestudiante del Complejo.
Para Guzmán, las predicas y las clases del sacerdote eran muy valiosas porque las apegaba a la realidad nacional y al sentir de la población.
“La verdad se ha apagado una llama importante en la iglesia. Él era un padre de esos que gustan porque hacía gala de su oficio, debido a que tenía un mensaje muy parecido al de San Óscar Romero, en defensa del desprotegido y férreo crítico al sistema opresor”, manifestó el ciudadano.
Por su parte, el Cardenal catalogó de bueno, pero “rebelde” a Urrutia y dejó plasmado su estima al sacerdote y a su labor pastoral.
Además, lamentó que hayan pasado 3 días, para el sacerdote obtuviera un tuno para ser atendido en el sistema de salud salvadoreño, por lo que hizo un llamado al gobierno a corregir esta problemática, que afecta a las personas que buscan atención médica.
Durante su prédica dominical, el obispo auxiliar de San Salvador dijo que: “ver pasar un cortejo fúnebre a toda velocidad hacia el cementerio y allá ver que solo dos personas de las autoridades pueden estar en el entierro, es un dolor inmenso. Y que ese enfermo no tuvo una caricia antes de morir, una palabra de aliento y un rostro conocido es un dolor terrible, así está El Salvador con un sentimiento que no se puede expresar”.
“Por eso sentimos alivio al buscar a Cristo, el no nos abandona, está con nosotros en nuestro sufrimiento y en nuestra desesperación. Nos permite ver más allá de las apariencias y más allá de ese protocolo inhumano para enterrar a una persona fallecida por coronavirus”, agregó.
Asimismo, señaló que los sacerdotes Santiago Romero y Pedro Mendoza han sido detectados con la enfermedad, pero se encuentran estables.
Mientras tanto, la Arquidiócesis de San Salvador lamentó el deceso e indicó que Urrutia estuvo en la Parroquia San Nicolás Obispo de Tonacatepeque de 1990 a 1996, en donde fomentó los procesos evangelizadores, además de acompañar a las primeras pequeñas comunidades cristianas del municipio. También fue el Vicario Parroquial de la Parroquia San Francisco y finalmente oficiaba misas desde hace tres años en la parroquia Nuestra Señora de Fátima de San Salvador.
Entre tanto, el gobierno salvadoreño ha solicitado nuevamente a los diputados de la Asamblea Legislativa aprobar un régimen de excepción nacional por 15 días, y no de forma focalizada, con el objetivo de evitar la propagación de coronavirus.
“Es lo menos que podemos hacer, ante el aumento de casos y el número de fallecidos. Aunque lo que en realidad necesitamos es una cuarentena para bajar la curva. Lastimosamente, nos despojaron de las facultades legales para hacer una. Pero aún tenemos el poder legal para regular la reapertura económica”, dijo el mandatario en su cuenta oficial en Facebook.
Consideró que, si se decide por una cuarentana focalizada, será inconstitucional.
Hasta el 4 de julio se contabilizaban 7,777 casos confirmados, 217 decesos, 2,987 casos activos y 8,344 casos sospechosos.