Un colectivo de miembros de la sociedad civil de distintos países latinoamericanos conforman la “Caravana por la Paz, la Vida y la Justicia” con el fin de generar conciencia en los Gobiernos con mayor énfasis del Triángulo Norte, para que las políticas de combate a la narcoactividad se cambien por políticas que regulen el consumo de drogas, y poder evitar la violencia causada, a su juicio, por el prohibicionismo. Esto en el marco de la Asamblea Especial de las Naciones Unidad sobre Drogas (UNGASS 2016) a realizarse del 19 al 21 de mayo en Nueva York.
El viaje inició el 18 de marzo en Tegucigalpa, Honduras, llegó a El Salvador del 1 al 4 de abril, y continúa por Guatemala y México hasta llegar a Nueva York donde los jefes de Estado discutirán en UNGASS de la ONU las políticas de drogas a implementar. Esta iniciativa lleva la propuesta de abrir el diálogo y reconocer que la prohibición no funciona; ellos sugieren que cada país debe desarrollar las políticas de droga que mejor le convengan.
Miembros de la Caravana sostienen que se debe frenar la lucha antidroga y desmontar el tabú que se ha construido alrededor de ellas pues la violencia es generada a partir de la prohibición.
“Se ha construido un discurso que legitima la guerra que dicen que las drogas son malas, que destrozan la sociedad, que la gente consume para hacer el mal, pero todos consumimos drogas como el café, el alcohol, el tabaco, son sustancias que alteran nuestros sentidos. Y las consumimos porque las necesitamos para vivir”, sostuvo el mexicano, Andrés Soler, parte de la Caravana y miembro de “ReverdeSer Colectivo”
La iniciativa de la Caravana reconoce a Uruguay como un país pionero en el tema de la regulación del uso de drogas para evitar que el mercado negro tenga acceso a ellas y pueda distribuirla a niños, adolescentes y personas que la necesitan como medicina, o quienes buscan hacerlo con fines recreativos pero no tienen la suficiente información sobre lo que consumen. “Cualquier regulación va a ser mejor que la prohibición”, concluye Soler.
Ted Lewis, director de Derechos Humanos de Global Exchange, una organización estadounidense, consideró que el prohibir una sustancia lejos de evitar su consume, lo promueve.
“Consideramos pertinente señalar que las políticas antidrogas han fallado y que ha llevado muchos problemas. Por ejemplo en Estados Unidos hubo en el siglo pasado una prohibición del alcohol por 13 años y lo que sucedió fue un tráfico de alcohol y un aumento de su consumo y de violencia en las calles hasta que el Gobierno decidió enmendar la Constitución para evitar esa situación”, dijo Lewis.
Por su parte Felix Valentín, hondureño miembro de la Caravana, expresa que las políticas antidrogas aplicadas en su país solo generan violencia. “Nosotros somos afectados en Honduras por las falsas políticas antidrogas. Lo que ha sucedido son políticas fallidas que han causado derramamiento de sangre”, manifestó.
En El Salvador, de acuerdo al Informe Nacional sobre Drogas 2014, elaborado por la Comisión Nacional Antidroga y respaldado por la Organización de los Estados Americanos (OEA), la marihuana es la droga de mayor consumo. Su uso se quintuplicó de 0.4 % en 2005, al 2.3 % en 2014. Este informe señala que el mayor uso lo tienen personas con edades de 18 a 24 años, seguido por el grupo de edades de 45 a 65 años.
Este mismo estudio afirma que en el quinquenio 2009-2014 se detuvieron a 9,535 personas por delitos de narcotráfico. La droga que más se incautó en ese periodo fue la marihuana con porcentaje del 91 %, seguida del crack con un 6 % y cocaína con un porcentaje del 3.4 %.
La Caravana ingresó por la frontera de El Poy en Chalatenango el 1 de abril, y visitó el hospitalito de la “Divina Providencia”, lugar donde asesinaron a monseñor Romero. Además visitaron Catedral de San Salvador, cripta de monseñor Romero y el monumento a la Memoria y la Verdad del parque Cuscatlán, entre otros lugares emblemáticos. Partieron rumbo a Guatemala para concluir su gira en Nueva York.