El ministro de Seguridad salvadoreño, Mauricio Ramírez Landaverde, dio por finalizada este jueves la “ola de violencia” que cobró la vida de más de 200 personas entre mediados de septiembre e inicios de octubre. Según el funcionario, el repunte de hechos de sangre fue ordenado por líderes de la Mara Salvatrucha (MS-13).
"Como resultado de las acciones desarrolladas en todo el territorio nacional y dentro del sistema penitenciario se ha logrado parar (el alza) con la captura de objetivos importantes", señaló Ramírez Landaverde, en referencia al arresto de 5 cabecillas de la MS13, señalados por haber ordenado los más de 200 asesinatos.
Apuntó que "el incremento se debió a una acción planificada por parte de la organización terrorista MS13", por lo que "las instituciones de seguridad y justicia se pusieron en función de controlar y parar ese incremento".
Entre el 21 de septiembre y el 2 de octubre pasados fueron asesinadas 272 personas, una media de 27 diarias, cuando la cifra que promediaba el país anteriormente se mantenía entre 10 o menos muertes violentas.
Los 5 líderes de la MS13, que según el director de la Policía, son parte del "grupo de cabecillas de máxima influencia" de esa organización en libertad, fueron trasladados este jueves de los calabozos del cuerpo de seguridad a la prisión de máxima seguridad, donde permanecerán aislados.
Lo que centró la atención de diferentes sectores de la sociedad salvadoreña en este fenómeno del reciente incremento de los asesinatos es que se registró cuando están en vigor las llamadas medidas "extraordinarias" de seguridad, lanzadas en 2016 y a las que el Gobierno atribuye una reducción de los asesinatos este año.
Autoridades oficiales informaron que entre enero y septiembre pasado los asesinatos bajaron un 31,3%, en comparación con el mismo lapso de 2016.
Los organismos de seguridad acusan a la MS-13, que Estados Unidos busca eliminar, al Barrio 18 y otras minoritarias de mantener los altos índices de violencia que sitúan al país como uno de los más violentos del mundo, con tasas de 103 y 81,7 homicidios por cada 100.000 habitantes en 2015 y 2016, respectivamente.