domingo, 14 abril 2024

Así­ se hizo “˜La batalla del volcán”™

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Todos hemos oí­do hablar de la guerra en El Salvador, "pero me di cuenta de que nunca nadie habí­a contado la ofensiva", dice Julio López, autor del documental, cuyo guión escribió como si fuera a hacer una pelí­cula de ficción. Compartió las claves de su trabajo en una clase magistral que impartió en mayo en la Universidad de El Salvador, dí­as antes del estreno del filme.

Una de las primeras decisiones que dio forma a La batalla del volcán, el primer relato cinematográfico sobre la ofensiva guerrillera de 1989, fue que tení­a que ser una pelí­cula coral, expone el cineasta Julio López frente a la clase de estudiantes de Comunicaciones que han venido a escucharlo acompañados de la catedrática. 

“Para mí­ era importantí­simo que fuera coral, no solo para darle voz a un montón de personas, sino también para poner a dialogar distintos puntos de vista, distintas ideologí­as” . La idea era narrar la ofensiva del dí­a uno al dí­a 30 en noventa minutos. Su inspiración fue el nuevo cine latinoamericano de la década de los 60, un paradigma que buscaba romper con los cánones, nutrirse de las temáticas latinoamericanas y generar pensamiento crí­tico.

“Cuando yo conocí­ este modelo dije: yo quiero hacer lo mismo, pero en Centroamérica”. Así­ fue como se involucró en las producciones Los ofendidos de Marcela Zamora (El Salvador), Heredera del viento de Gloria Carrión Fonseca (Nicaragua), y La asfixia de Elena Bustamante (Guatemala).

Hijo de México y El Salvador, el realizador pertenece a la generación que no vivió la experiencia de la guerra. En los dí­as de la ofensiva “”noviembre de 1989″” López apenas tení­a ocho años y además viví­a en México con sus padres. No regresó a El Salvador hasta 1992, al firmarse la paz.

El guión del documental lo escribió como si se tratase de una pelí­cula de ficción, explica el director.

Aunque en la universidad optó por la carrera de Comunicación Polí­tica, terminó derivando al cine. Al principio, cuando se propuso decir algo sobre El Salvador, su intención fue retratar el “régimen de exclusión y de terror” que se vive hoy, que algunos denominan “violencia social” y otros abiertamente guerra. Habí­a leí­do un texto periodí­stico en el que muchachos de una pandilla “”cuyas edades andaban entre los 11 y los 14 años “” describí­an con mucho detalle cómo torturaban a otros niños de las mismas edades que viví­an a unas cuantas casas de las suyas. 

“Yo no puedo explicar cómo estos niños se hicieron así­; yo no lo puedo retratar porque no los entiendo”.

En este punto se echó para atrás y llegó a la conclusión de que El Salvador no entiende mucho de su conformación como paí­s y como sociedad. Aquel primer intento de retratar una cultura de muerte fue hace siete años, y dio paso a la decisión de hablar de la guerra. 

“A nivel mundial, la ofensiva Hasta el tope es la operación guerrillera más importante llevada a cabo en América Latina en la segunda mitad del siglo XX. Solo por eso deberí­a estar en los anales de la historia”. 

Pero aunque encontró un par de libros (entre ellos El silencio de la batalla, de Berné Ayala) y una montaña de materiales periodí­sticos, no daba con un relato que englobara y explicara la ofensiva. Este fue el primer reto que tuvo que enfrentar.

La investigación

“En todos los libros de historia siempre viene la ofensiva reducida a dos párrafos. No existe una historiografí­a. Nos tardamos aproximadamente tres años en encontrar todo lo que se habí­a producido”, lo que incluí­a materiales de archivo, notas de prensa, variados testimonios, libros y blogs de excombatientes, abundantes referencias en Google y Facebook, así­ como pilas de fotografí­as, algunas de ellas en archivos en Cuba. Pero en general, faltando una crónica que englobara esos dí­as de noviembre, hubo que partir de cero.

De ahí­, se dedicó a buscar personas que hubieran vivido de una forma u otra los combates. En este punto, se explica, si se considera el número de guerrilleros y de efectivos militares que estaban destacados en San Salvador ““tres mil y diez mil, respectivamente”“ y a ellos se agrega el total de la población que tení­a la capital ese año, se puede concluir que deben existir 1.3 millones de testimonios.

Al final, Julio López llevó a cabo “entrevistas de largo aliento” con 100 protagonistas. A la hora de armar la pelí­cula, ya él sabí­a cómo esas personas vivieron la ofensiva. 

La primera parte de las entrevistas se hizo “en seco”. Sin cámara ni grabadora. Para esos efectos, mandaron a imprimir en papel bond decenas de copias de un mapa de San Salvador  en el que aparecí­a el cerro de Guazapa y se lo entregaron a cada uno de los entrevistados. 

“Era como ir reconstruyendo, punto por punto, cuándo entraron [los guerrilleros], dónde entraron, a qué lugares fueron”. 

El segundo paso fue trasladar a los excombatientes y civiles a aquellos lugares, y hacerles recordar, esta vez frente a la cámara. Muy pocos habí­an regresado a esos escenarios.

“Yo sabí­a que al llevarlo [al entrevistado] al sitio, la memoria se iba a disparar. No solo por lo que se acordaran, sino que al estar ahí­ iban a recordar cosas que antes no recordaban, y además iban a recordar cómo se sintieron en ese momento. Para mí­ eso era muy importante: recordar cosas que no recordaban”.


“Yo sabí­a que al llevarlo [al entrevistado] al sitio, la memoria se iba a disparar. No solo por lo que se acordaran, sino que al estar ahí­ iban a recordar cosas que antes no recordaban”¦”


Un hecho inédito y para él fascinante, dice el cineasta señalando una raya pintada en el mapa que hace un recorrido de Mexicanos a la colonia Escalón, “es esta lí­nea. Solo de esta lí­nea se pudiera haber hecho la pelí­cula”. Se trata, ni más ni menos, revela, que de la trinchera más grande que hubo en la guerra y, probablemente, la más grande que se haya hecho en toda la historia de El Salvador”. 

“Esta lí­nea era la que tenia que engendrar la insurrección popular”. En ella se encuentran los poblados que, según los presupuestos del FMLN iban a insurreccionarse, para luego lanzarse hacia el sur de la ciudad y tomársela.

Recordar

Hacer su pelí­cula de forma oral y en orden cronológico, dice Julio López, significó para él sacrificar “poética y estética”. Nunca se propuso hacer un filme con la poesí­a de El lugar más pequeño, la pelí­cula de la también mexicana-salvadoreña Tatiana Huezo, sino algo más periodí­stico. “Yo sabí­a que esto me iba a restar movilidad en el circuito de cine artí­stico a nivel mundial; pero no importaba, porque la pelí­cula no está hecha para entrar en esos circuitos. Está hecha para que en El Salvador la gente la vea” . 

Ver la ofensiva, agrega, es vivirla y sentirla: hay un montón de balazos y un intenso recorrido emocional. “La ofensiva final es la ultima batalla que se libró en el contexto de la guerra frí­a. La guerra terminó por lo que pasó en esta batalla, y los acuerdos de paz se dieron bajo las condiciones que se dieron por lo que pasó en esta batalla. Y la institucionalidad que tenemos hoy en dí­a, para bien o para mal, es la que surgió de esa batalla”.


Ver la ofensiva, agrega, es vivirla y sentirla: hay un montón de balazos y un intenso recorrido emocional.


“Lo primerito que se ve en el guión de ficción lo rodamos el primer dí­a, y lo último que se ve, lo rodamos el último dí­a”. Se hizo así­, siguiendo un recorrido cronológico, con el interés de que los espectadores sintieran la pelí­cula y experimentaran en carne propia “todos los vaivenes de la pelí­cula”.

“Recordar es un acto biológico, antes que un acto cultural o un acto sicológico o un acto mental. Nosotros los seres humanos tenemos la capacidad de recordar por procesos quí­micos. Al ir al lugar, empezamos a tener un juego imaginario en dos sentidos: por un lado, vos estás imaginándote lo que te están contando en el lugar donde paso”. 

Y por el otro, el espectador se situa de cara al presente de la persona y del lugar.

“Tenemos en nuestros materiales unas escenas muy dramáticas de guerra, muerte y destrucción, y al lado, un viejito comiendo helado”. 

Todo fue, termina diciendo, como un juego sobre cómo ha cambiado El Salvador, y sobre el valor que se le da a esas personas.

 

TRAILERS

La batalla del volcán

Julio López

https://youtu.be/L4mDuTqKKzE

Tomado con autorización del Autor de: https://www.barracudaliteraria.com 

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Roger Lindo
Escritor y periodista
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