La experta en temas de seguridad y directora del Instituto Universitario de Opinión Pública (IUDOP) de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA), Jeannette Aguilar, acotó que debido al nivel represivo de la operatividad de la Fuerza de Reacción El Salvador (FES), puede aumentar el nivel de violencia en el país.
“Esto es como tratar de apagar el fuego con gasolina, va a generar una escalada mayor de violencia. La fuerza letal es el último recurso en el marco de un Estado de derecho”, dijo la experta al referirse sobre las directrices de la fuerza de combate.
El 20 de abril del año en curso, el Gobierno dio el banderillazo de salida al accionar del batallón de combate a la criminalidad, el cual está compuesto por 400 policías y 600 militares reservistas, quienes fueron desplegados hacia las zonas controladas por estructuras pandilleriles.
Aguilar señaló que El Salvador, se encuentra en un contexto débil frente al de las pandillas, por lo que el Estado debe atender las problemáticas con medidas integrales.
“Los batallones no funcionaron ni siquiera durante la guerra. Desde mi perspectiva, con esta medida, se está legitimando, mediante intervenciones policiales, prácticas de ejecución, que ya se están haciendo”, acotó la directora.
Por su parte, el analista político, Juan Ramón Medrano, opinó que el accionar de la policía y de la Fuerza Armada en el combate de las pandillas, debe ser apegada a lo que corresponde la ley.
“Primeramente se debe actuar con la ley en la mano. En el pasado se habló de manos duras pero se estaba negociando con las pandillas, las estrategias de reinserción y prevención no se han aplicado, pareciera que el Gobierno está intentando aplicar la represión de manera efectiva”, dijo el analista.
Medrano asegura que la implementación del batallón especial, es una réplica del que opera en Honduras, los cuales en ese país, buscaron como objetivo principal a las estructuras criminales.
“Buscaron a las estructuras pandilleriles pero también a las del crimen organizado, encontraron carros de lujo, casas lujosas y mucho dinero en efectivo; yo esperaría que el batallón de nuestro país no sirva nada más para buscar a los recién integrados a las pandillas, sino que capturen a los líderes”, explicó.
Y afirmó que ante la libertad de expresión que tiene el país, cualquier exceso de fuerza que vulnere derechos humanos, cometidos por el batallón, podrían salir a la luz a través de los medios de comunicación y organismos de derechos humanos.