domingo, 14 abril 2024

Al Rescate de la Memoria Histórica: Chamba Juárez

¡Sigue nuestras redes sociales!

Nos veíamos allí en la UES, en el Paraninfo; luego participaba con ellos cuando se reunían Los Cinco Negritos, donde conocí a Solís, y a Rafael Mendoza, a quien ya conocía desde la época de Chema Cuéllar y David Hernández

Corría el año de 1977, residía en San José C.R., y estudiaba en la Universidad Nacional Autónoma UNA, Heredia. Uno de esos días, alguien me llevó las bases de un Concurso Literario auspiciado por la Universidad de Panamá. El asunto es que tenía un trabajo, el cual, no consideraba apto para participar en un concurso de ese nivel; sin embargo, decidí hacerlo y envié mi trabajo. De ante mano sabía que solo sería un participante más. Cuando nos enviaron los resultados y vi que una obra salvadoreña por el título, supe que un paisano había ganado y me alegró porque a fin de cuentas, el Premio se había quedado en El Salvador. Así supe de la existencia de Salvador Antonio Juárez, quien con el tiempo conocería como Chamba Juárez.

De regreso en El Salvador fueron pasando cosas en mi vida, comenzando por una readaptación al ambiente, pues pasar casi 10 años fuera, las cosas no eran igual, se vivía en plena guerra, y cualquier sorpresa podía asaltarnos, en fin. En esos andares, conocí gente que pertenecía a un grupo guerrillero urbano, entre ellos fui presentado a uno de los responsables de un grupo que coordinaba a nivel de San Salvador, y era parte del Frente “Clara Elizabeth Ramírez” y obvio, seguidores del Comandante Marcial. Pues esta persona dentro de las pláticas, dijo que me presentaría con una persona que aparte de ser personaje público, colaboraba con el movimiento digamos, en una semi clandestinidad, y que eso sería en la UES. Así fue. Un día del año 84 me dice Ramón, hoy te voy a presentar con la persona de la que te hablé. Nos reunimos en un pequeño café, allí en la 25 Av Nte. Como cuadra y media antes de llegar a los semáforos que bifurcan hacia el Boulevard de Los Héroes, y hacia el Colegio Cristóbal Colón, igual  hacía Odontología.

Llegamos allí como unos 20 minutos antes de las 12… platicábamos de diversas cosas, y por la ubicación que teníamos, vimos asomarse a Armando Solís acompañado de la persona que esperábamos y me dice Ramón, allí viene con Armando Solís… El pintor, espeté, sí me respondió, pero él no se quedara…. Se acercó a nosotros el personaje esperado, saludó a Ramón y éste nos presentó, y pues, se trataba del laureado poeta a nivel latinoamericano…  Chamba, él es Eduardo, Eduardo, él es Chamba Juárez, y me sorprendió un poco, porque ya había oído hablar de mi… y a partir de ese momento, nació una amistad que duró hasta la partida del poeta, el 28 de julio, del año pasado.

Nos veíamos allí en la UES, en el Paraninfo; luego participaba con ellos cuando se reunían Los Cinco Negritos, donde conocí a Solís, y a Rafael Mendoza, a quien ya conocía desde la época de Chema Cuéllar y David Hernández, en fin. De esta manera indirectamente me fui convirtiendo en parte de los Cinconegritos… Con Matilde Elena López, nos conocimos  por medio de Armando, e igual surgió una excelente amistad, que duró también hasta su partida, de este mundo.

Chamba siempre fue campechano, en su forma de ser, de hablar, de pensar, muy cordial, un tipo tranquilo, sin complicaciones a la hora de tomar decisiones de peso, como lo era el manejo de la página y sobre el material que se publicaba y que el periódico Diario El Mundo, tampoco ponía cortapisas ni objeciones para dichas publicaciones….

Cuando surge la página públicamente, esta tuvo una presentación en blanco y negro. Los integrantes iniciales eran: Chamba Juárez, Armando Solís, Miguel Angel Chinchilla, Julio Henriquez y Joaquín Meza. Posteriormente se integraron Matilde Elena López y Rafael Mendoza en ese orden.

La página de apertura e inauguración pública del surgimiento de Los Cinco Negritos, rápido llamó la atención de los lectores, porque el contenido se revestía de una calidad poco vista en esos tiempos, y sobre todo, el Manifiesto de presentación del Grupo, que sentí un poco fuerte. Para la segunda entrega, uno de los miembros, ya no apareció su nombre, pidió retirarlo. Se trataba de Miguel Chinchilla, quien al parecer, tuvo temor –Sin duda, en esos días de guerra tanto en el campo como en la ciudad, meterse en estos líos de publicar críticas y señalamientos al gobierno, corría el riesgo de amanecer serenado–,  de afrontar o asumir esa responsabilidad, de lo que sería la página de ahí en adelante, ésta sería una página literaria de crítica y de combate a la injusticia imperante, que se arrastraba en nuestro país desde muchas décadas atrás.

Si Chinchilla llegara leer estas líneas, o las ignora, o responde a guisa de explicación o aclaración, sobre aquella situación, espero sepa tomarlo con la tranquilidad del caso. Obvio que no lo hago con el fin de perjudicarle o de ponerlo en entredicho… pero es parte de esa historia.

El quiebre del Grupo prácticamente se da cuando capturan a Chamba y le acusan de subversivo, de intelectual peligroso, esquema y pretexto antiguo que se mantuvo en la práctica de los inquisidores del pueblo… pues, con esa catalogación fue definido y por ende, fue suficiente para apresarlo.  A propósito de la captura de Chamba, platiqué con Claudia su hija, sobre este episodio, porque se me escapaban algunos detalles del mismo, y esto me comentó ella: “Si lo llegaron a traer un camión lleno de soldados, catearon la casa, luego se lo llevaron”… Luego prosigue:  y vimos cómo se llevaban a mi padre y lo subieron al camión en la madrugada… y nosotras con mi mamá gritabamos… mi madre salió por toda la calle” … Esto sucedió en 1985. Gracias Claudia…  El hacer ese escándalo les valió, que la captura del poeta se convirtiera en un reguero de pólvora, y así supimos de su captura. Decíamos pues, lo fueron a sacar a su casa, en una de esas madrugadas que se vuelven siniestras y cómplices obligadas, porque vuelve invisible a los posibles testigos. Gracias a la intervención de Matilde Elena, no le paso mayor cosa a Chamba, aparte de los interrogatorios pertinentes. La hija de Matilde, abogada Floritchica, intervino a pedido de su madre, pues el padre de su único hijo, era militar, y por eso Chamba se salvó de una posible conspiración de asesinato. Prácticamente de la cárcel salió exilado para México, donde se tiró más de un año… Cuando las aguas se calmaron un poco, regresó a su querido El Salvador.

De su obra Puro Guanaco:

Esta obra Puro Guanaco, fue llevada al Teatro por un grupo universitario de la UES, bajo la dirección de Ricardo Mendoza Alberto, como un trabajo de estudiantes de Arte, del Diplomado Superior de Teatro de la UES, participaron con su actuación, las estudiantes: Doris Alejandra Hernández, María Cristina Duran y el joven José Ulises Amaya. Por las características del poemario laureado, y como el mismo Chamba lo explicara, se prestó entonces para el montaje, en una obra de teatro. Veamos lo que dijo Chamba: “Puro Guanaco es un poema conversacional partiendo de la expresión y la tradición oral, fundiendo diversos códigos lingüísticos de un poeta inserto en la realidad del país”… Luego, prosigue Mario Castrillo autor de la nota: “En la poesía Juárez incorpora neologismos y giros del lenguaje propios de la salvadoreñidad con el empleo de localismos, buscando la universalidad, buscando así mismo hacer pensar al lector sobre nuestra identidad, sobre nuestro presente conflictivo y nuestro posible futuro.”…

Seguramente Chamba en estos momentos ya tendría toda una visión muy propia, sobre esta pandemia que azota a nuestro país y a la humanidad… seguramente con su lenguaje coloquial diría: “Hoy ya no dirán que la poesía salvadoreña es pura mierda/hoy de seguro acarrearan este mierdero de versos para matar ese virulento virus/vuelto sobre peso en los lomos de los asambleístas/contagiados por la magia divina de la justicia/pue no creyeron que también a ellos los iba a joder…” Al escribir esto último, parafraseando al poeta, me vino su imagen tan fresca, como la última vez que nos vimos hace dos años casi, y allí en la UES, precisamente…

Sin duda, tenemos Chamba (o, Salvador), para ratos… su obra habla por sí misma…. Y está ahí tan fresca, como si los años no hubiesen pasado por ellas… Para ir cerrando, hay que rescatar un poema titulado San Matías Destrabado (se me escapa el título completo)… Poseo una versión mimeografiada, pues así lo publicó allí en la UES, pero razones de tanto documento y papeles de estudio y trabajo, se me ha extra papelado y como esta encajonado mucho de ese material, no he podido localizarlo, pues me lo han solicitado desde hace ratos y excuso lo que describo arriba… pues, ojala entre los documentos personales de Chamba, se encuentre… tal vez alguien lo tenga más a mano y lo facilite para compartirlo con los lectores de Chamba…. Desde luego lo leí hace muchos años, y este poema está apto para que igual que Puro Guanaco, levanten una excelente obra de teatro, pues es un poema muy alegórico que riñe con la historia cívica y política salvadoreña.

Chamba, amigo, colega, hermano… gracias por tu amistad y por el compartir excelentes momentos, tanto ahí en la UES como en tu casa allá en Apopa, y por supuesto con los famosos y ahora leyenda salvadoreña, que marcó un hito también en nuestra historia literaria: Los Cinco Negritos… sí con esos que pusieron de cabeza un buen rato al sistema represivo de turno… esto es, dentro de la coyuntura del gobierno demócrata cristiano, donde José Napoleón Duarte estuvo rodeado de hienas oportunistas, que aprovechaban los lapsos de recaídas por la enfermedad que lo aquejaba, en fin, eso ya es otra historia… pero que si golpearon los Cinconegritos, no hay duda de ello. En la actualidad, quizás el único grupo y del que tú Chamba tuviste conocimiento y que pueda hacerle sombra, es: la Asociación Cultural Salvadoreña Kuskatan…

Tu otra historia personal si fuiste alcohólico, mariguanero de ocasión, se vuelve irrelevante ante la obra poética que te precede. Dejé recién un comentario al respecto, a raíz de una charla entre poetas sobre este particular, y lo cito aquí a modo de cierre de estas líneas…

Desde Mi Ventana En efecto Chamba, casi llego o tocó fondo, pero dentro de su ser había una luz que le empujaba a salir de ello, porque ese no era el camino de sus designios, si no el de iluminar con su poesía a este pueblo salvadoreño sumido en el oscurantismo… así de simple…. y esto que no se ha dicho que le gustaba de vez en cuando su purito de mariguana”….  (Perfil en Facebook Fecha: 28/07/2020)

El link de las líneas citadas en este artículo

https://www.diariocolatino.com/puro-guanaco-llevado-al-teatro/

Compilación:  Eduardo Salvador Cárcamo

¡Hola! Nos gustaría seguirle informando

Regístrese para recibir lo último en noticias, a través de su correo electrónico.

Puedes cancelar tu suscripción en cualquier momento.

spot_img

También te puede interesar

Eduardo Salvador Cárcamo
Eduardo Salvador Cárcamo
Colaborador de Cultural de ContraPunto
spot_img

Últimas noticias