martes, 30 abril 2024
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ARENA: el arte de engañar

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Estamos ante una nueva modalidad de timo o estafa al electorado por parte de la vieja derecha salvadoreña. Los veinte años de ejercicio del poder formal, encarnados en cuatro gobiernos areneros, no le sirvieron a la oligarquí­a tradicional para cristalizar todas sus metas, entre las cuales destaca una por su importancia y nivel estratégico: “El control casi absoluto del poder polí­tico, para traducirlo en ganancias tangibles de sus intereses económicos”.

La acumulación de efectos negativos que sufrieron las grandes mayorí­as, permitió el ascenso del principal partido de izquierda en el paí­s al gobierno, no por virtud propia del FMLN, sino por los errores de la vieja derecha; los que podemos enumerar a groso modo de la siguiente manera: 1. La amplitud de las desigualdades económicas y sociales entre un 90% de la población contra un 10% de privilegiados; 2. El desmantelamiento del aparato productivo estatal en una serie de malogradas privatizaciones; 3. La falta de generación de empleos; 4. Una altí­sima corrupción demostrada por sus más altos funcionarios; y 5. Las erróneas decisiones tomadas en la designación de sus últimos dos candidatos presidenciales y cúpulas dirigentes.

Este corto perí­odo de la vieja oligarquí­a fuera del poder formal total, la ha obligado a replantear su estrategia; tratando, fundamentalmente, de presentarse en la búsqueda de las opciones electorales como una novedad.  En el arte de engañar son especialistas de primerí­simo nivel, ya que cuentan con recursos ilimitados, los que, sumados con los instrumentos principales para manipular la información, como son la prensa escrita y las televisoras más importantes, complementan este poderí­o, junto con el trabajo paralelo de las gremiales empresariales y centros de estudios integrados por ellos mismos. Esta es la maquinaria del engaño con la que cuenta el brazo polí­tico de la vieja derecha, su engendro, la Alianza Republicana Nacionalista ARENA.

Los grandes timadores nos quieren engañar con el nuevo guion de una novela, novela más falsa que la Mona Lisa que, seguramente, pende de una de las paredes del estudio de alguno de los grandes señores feudales de El Salvador. En la búsqueda del timo exitoso, se han dado a la tarea de crear dos grandes grupos al interior de su realidad, dos grupos de poder que tienen un gran objetivo: Ungir al candidato a la presidencia de la República antes de que finalice el año 2018 y vender al vencedor como un “outsider”, alejado de la tradicional polí­tica de su obsoleta ARENA.

Los dos grupos al interior del partido, tienen listos a sus jamelgos para la pretendida carrera al poder. Los grupos son antagónicos entre sí­, pero sopesados los matices y tonalidades, representan lo mismo. Los supuestos “outsiders” son Javier Simán y Carlos Calleja, conocidos socialmente (por esa vieja maní­a de los popies), como el Javi y el Carly. El primero, miembro de una de las tradicionales familias areneras del paí­s; y el segundo, hijo de uno de los siempre eternos financistas de ARENA, don Paco Calleja, miembro del generalato arenero (grupo conocido como los generales). Ambos personajes tienen ya montada su mesa estratégica y táctica, han contratado asesores, y están ya en plena búsqueda de los apoyos pertinentes al interior del partido.

Cuando señalo que son antagónicos, me refiero a lo siguiente: en una reunión en RECEPTOR (agencia de publicidad creada por Manuel Meléndez bajo los “auspicios” de Francisco Flores), hace más de 8 años, siendo su servidor miembro del partido Arena, nos enfrascamos en una discusión sobre la actitud de un sector del partido. De los principales integrantes de este sector, estaban miembros de la familia Simán y Elí­as Bahaia, quienes se empeñaban en impulsar a uno de los precandidatos presidenciales de aquella época; especí­ficamente, Luis Mario Rodrí­guez.  Habí­a mucha sangre árabe en ese grupo por lo que uno de los grandes señores de la verdadera y original oligarquí­a criolla, presente en la reunión, expresó lo siguiente: “Que no jodan esos turcos, que se ubiquen, estos Simán deben entender, que a pesar de que han hecho dinero, no son más que los perros guardianes de la entrada de esta casa, porque la casa es nuestra y en ella solo entra quién nosotros decidimos”.

El grupo de Carly, representa los intereses de ese gran capital perfumado, el que proviene originalmente de las grandes familias terratenientes, dueñas de la explotación del añil, café y del algodón; familias que reconvirtieron sus capitales dentro del proceso de industrialización de la economí­a salvadoreña, creando fábricas, compañí­as aéreas y empresas como las de refrescos de soda y cervezas. Los capitales se han, posteriormente, reconvertido en servicios como las de la construcción, banca, supermercados, comercio, medios escritos y electrónicos, y de comunicación.

Carly es hijo de un español casado con una estadounidense. Su abuelo, quien llegó con lo mí­nimo a El Salvador, también español,  se ganaba la vida en el manejo de cárnicos. Por todo lo expuesto en los párrafos anteriores, puedo afirmar que Carly ha contado con todas las ventajas económicas de un sistema excluyente, en el que se basan los altos ingresos de todas estas familias; con el proteccionismo otorgado por el estado, la manipulación de las leyes para aprovecharse de la evasión y la elusión, una pobrí­sima tabla de impuestos y los bají­simos salarios de El Salvador.

Prueba de ello, es el pretendido éxito de la empresa de supermercados de los Calleja, que ha crecido inmensamente por las bajas remuneraciones que eroga a sus empleados, y por la polí­tica de quedan post fechados que son cancelados a mediano plazo en deterioro de la economí­a de los productores y proveedores. Sumado, todo lo anterior, a la eliminación de competencia y nulo tratamiento que Arena le dio durante 20 años, a la creación y modernización de los mercados públicos. De allí­ proviene Carly Calleja, del cubil más conservador de Arena; de esa estirpe que apesta a explotación y exclusión social. Un niño bien arenero, hijo de financista arenero, amigo de los hijos popies de los areneros y un nacionalista que habla español  con un leve acento, que recién está conociendo El Salvador y que solo lo entiende como mercado para sus salas de venta. En sí­ntesis, arenero popie y pura sangre; lanzado, antes de la Semana Santa, al estrellato pre presidencial por la lacra más grande del mundo arenero, el ilustre amigo de los mareros, Ernesto Muyshondt.

El otro grupo, al cual sus competidores llaman el de “los turcos”, es impulsado e  integrado por un fuerte clan familiar, en donde destacan: Dicky Simán, financista público de ARENA y cabeza del conglomerado de tiendas como Almacenes Simán, Zara, Radio Shack para mencionar algunas; Miguel íngel Simán, actual presidente de FUSADES, presidente de SIMCO, la división inmobiliaria del grupo Simán, y ex presidente del FIS en el gobierno de Paco Flores; y Rodrigo Simán Siri, ex miembro del COENA de ARENA que presidí­ en el año 2000-2001. Ellos son algunos de los miembros de ese grupo, que hoy impulsa a Javi Simán Dada a la carrera pre presidencial. Familia arenera completa, a tal grado que uno de sus integrantes guardó todas las referencias periodí­sticas de Arena desde su fundación. Areneros puros, no pura sangre, porque ese tí­tulo está reservado para los oligarcas-criollos- “no turcos”.

En la mesa de Javi Simán, se han unido: Edwin Zamora, el doblemente derrotado candidato, tanto a la Alcaldí­a de San Salvador y en su intento de presidir el COENA de Arena; el ex diputado y ex integrante de varios COENAS, Gerardo Suvillaga; y entre otros, Tom Hawk, viejo conocido en el Sector Profesional de Arena y señalado en el proceso penal CEL-ENEL. Esto indica que estamos hablando de más de lo mismo, que los grupos son de ARENA, integrados por Areneros, son Arena misma.

Seguramente, el comentario que haré a continuación sorprenderá a algunos, pero quiero marcar una diferencia entre el grupo de Carly y el de Javi. Creo que Javi y su gente, guardan un mí­nimo de decencia con respecto al paí­s, sobre todo porque dentro de sus filas está Hugo Barrera, quien de sobra conoce de lo que son capaces los oligarcas criollos.

Lo que detallaré a continuación es un error táctico de parte del grupo Simán. Este grupo, el de los “baisanos”, ha tomado una decisión estratégica de la que seremos testigos los salvadoreños en los próximos dí­as: atacar frontalmente a Nayib Bukele para tratar de demostrar que tienen “punch polí­tico”, y buscar granjearse así­, el favor de las bases más duras y recalcitrantes del partido Arena. Menuda tarea les espera, pues el grupo de Carly les lleva gran ventaja en eso; entre sus adeptos están José Roberto Dutriz y Fabricio Altamirano con sus panfletos, quienes la tienen montada contra Nayib Bukele. Esta visión de ser anti Bukelistas es uno de los puntos coincidentes en este momento; lo que reafirma para mí­, la tesis que he venido esgrimiendo desde hace dí­as: “Parece ser que consideran a Nayib Bukele el último obstáculo para recuperar el poder total”.

Es necesario que el electorado tome conciencia de lo que pretende la vieja derecha, de lo que pretende ARENA. Quieren engañarnos una vez más, presentándonos a un par de sus cachorros más leales y de grado de pureza polí­tica extremo, de pedigrí­ arenero total, como salvadoreños independientes, externos a Arena; cuando a todas luces se puede comprobar su pensamiento, su procedencia y su filiación. Es totalmente comprobable que son más de lo mismo.

Para concluir, quiero dejar una frase del maestro y pensador argentino, Ernesto Sábato, para poder definir y concretar lo que pienso de Carly Calleja y Javi Simán. Decí­a el connotado periodista: “El presente engendra el pasado”. Para mí­ Carly y Javi, engendran más Arena.

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Walter Araujo
Walter Araujo
Polí­tico de derecha. Magistrado Propietario en el Tribunal Supremo Electoral (2009-2014), Presidente del Tribunal Supremo Electoral (2004-2009).

El contenido de este artículo no refleja necesariamente la postura de ContraPunto. Es la opinión exclusiva de su autor.

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