Por Mauricio Corpeño.
Es oportuno citar el pensamiento de un profeta salvadoreño, en los siguientes términos: “Tiene que proponer la Iglesia católica, entonces, una educación que haga de los hombres sujetos de su propio desarrollo, protagonistas de la historia. No masa pasiva, conformista, sino hombres que sepan lucir su inteligencia, su creatividad, su voluntad para el servicio común de la patria”. San Romero de Las Américas. Ahora bien, la grandeza del legado de Roque Dalton, para nuestro país y el mundo, es incuestionable, lo cual se deduce, de los años transcurridos, desde la redacción de su obra literaria, y como cada vez más, día tras día, cobra mas vigencia, principalmente entre la juventud. Por ende, el objetivo presente, radica, en contribuir a facilitar la comprensión al lector de uno de los innumerables poemas sociales, de Roque Dalton, que existen, y que ello permita nutrir su adecuación a la realidad, así como también, interesarse por su poesía social.
TU COMPAÑÍA. ROQUE DALTON.
“Cuando anochece,
y tibia una forma de paz se me acerca,
Es tu recuerdo pan de siembra,
Hilo místico,
Con que mis manos quietas,
Son previsoras para mí corazón.
Diríase: para el ciego lejano,
Que más dará la espuma, el polvo?
Pero es tu soledad
La que puebla mis noches,
Quien no me deja solo,
A punto de morir,
Somos de tal manera,
Multitud silenciosa….”
Fuente: Las Historias Prohibidas del Pulgarcito.
COMENTARIO:
En esta oportunidad el hijo meritisimo de El Salvador, el poeta social Roque Dalton, evoca, el necesario instinto gregario, acompañamiento humano; cuando las manecillas del reloj señalan que empieza a faltar la luz del día, advirtiéndose, a su vez, la carencia de pasión, entusiasmo, y convicciones en la vida, subsanado por la compañía, que implica la cercanía de una persona constructora de cultura de paz; y ser la ocasión tertuliana acorde, para rememorar el pan, de exquisito sabor, diseñado con harina de trigo integral, trigo antiguo, semillas y cereales; alternándose con una relación subrepticia y furtiva, sujeta al péndulo de la vida, pareciendo sostenida por hilos de aluminio flexibles, pendiendo de reglas que limitan la expresión y la libertad, dentro de la circunferencia de la prudencia y cuido, que sea el blindaje al sufrimiento. Acto seguido, en este verso social, Roque, inserta un pretérito imperfecto, denotando que al parecer existe ausencia de capacidad (ceguera) para la comprensión de la realidad nacional, desde el extranjero, respecto al Pulgarcito de América, efímero y de naturaleza ilusoria, en una atmósfera, dónde falta la conectividad e intimidad entre sus habitantes, pero subsidiadas, por las fantasías que llenan la mente, suplidas por la necesaria expresión de solidaridad, ante la escena de resolución final del conflicto de la vida. Seguidamente, utiliza el poeta social, el plural de nosotros en presente indicativo, y alude a la gente que no se involucra en política, a través de una categoría conceptual originada en los años sesenta, y utilizada por Richard Nixon. MACOR77.