El subsecretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para Asuntos Políticos, Miroslav Jenca, manifestó en el marco del acto conmemorativo de los Acuerdos de Paz que la violencia y la persistente desigualdad continúa evitando que los salvadoreños gocen de beneficios de la paz.
Según Jenca, en la actualidad “son muchos los salvadoreños que a duras penas consiguen mantener un nivel de vida digno, que son víctimas de la violencia y que se ven forzados a abandonar sus comunidades y dejar atrás familias rotas”, por lo que es necesario reflexionar sobre el pasado y confrontar los desafíos presentes.
El subsecretario indicó que El Salvador emprende un nuevo proyecto y en mayo del año pasado el Gobierno solicitó la participación del Secretario General de la ONU para facilitar el diálogo entre los salvadoreños y alcanzar acuerdos sobre los principales problemas del país.
“El diálogo que hoy iniciamos tiene sus cimientos en la larga historia de cooperación que une a las Naciones Unidas y El Salvador y servirá para renovar este vínculo (“¦) confío en que los dirigentes de los partidos políticos y la sociedad civil volverán a situar el interés nacional por encima de todo y avanzar en la consolidación de una sociedad más justa e inclusiva “, indicó en su intervención.
Jenca, advirtió que las divergencias políticas bloquean los acuerdos necesarios para hacer avanzar el bien común y lograr una reconciliación genuina, no obstante, indicó que espera mantener lazos de cooperación, con miras a reforzar los tres pilares de las Naciones Unidas: la paz, la seguridad, los derechos humanos y el desarrollo sostenible en El Salvador.
Mantener un diálogo transparente e inclusivo, fomentar un respeto mutuo y aunar esfuerzos, son a juicio del subsecretario, medidas imprescindibles para superar los desafíos contemporáneos, no solo en El Salvador sino en todo el mundo.
La segunda generación de Acuerdos de Paz se estaría definiendo medidas enfocadas a la construcción de “una sociedad productiva, segura y educada, reconciliada con el ambiente, a mejores niveles de bienestar, sin exclusiones ni injusticias socio-económicas”.
En los acuerdos de Chapultepec, firmados en 1992, se definió el fin de la guerra, la desmilitarización de El Salvador y la participación política de la guerrilla salvadoreña, pero se dejó por fuera el desarrollo social y económico del país, por esta razón el Gobierno impulsará nuevos acuerdos con la ayuda de la ONU.