Por Carlos Castillos.
Un niño salvadoreño, de 3 años de edad, recibió el alta médica definitiva en Paraguay y este sábado 6 de enero de 2024 volvía a su país, luego de ser sometido a un trasplante de médula en el Hospital de Niños de Asunción, la capital del país sudamericano.
Jeremy Agreda estaba en Paraguay desde el 5 de octubre, cuando sus padres decidieron recurrir a esa nación sudamericana ante los intentos infructuosos para que el menor fuera atendido en Estados Unidos, Canadá, Francia y Alemania.
En diciembre, Jeremy recibió el alta ambulatoria y permaneció en Asunción hasta hoy, para los controles respectivos, hasta que los médicos decidieron que estaba en condiciones de seguir la atención en El Salvador.
Cuando salió del hospital, hace poco más de un mes, fue recibido con aplausos y globos por parte del personal del hospital, amigos y familiares, y la madre del niño, Mariela Agreda, expresó su agradecimiento a Paraguay. “Solo un milagro permitió que llegáramos aquí”, expresó.
“Desde que pisamos este país el trato fue muy humano”, agregó, mientras que los médicos que lo trataron, afirmaron en su momento que Jeremy “no cuenta con ninguna complicación infecciosa importante y que no se ha tenido hasta ahora ningún evento de reacción de injerto contra huésped que es lo más visible en este tipo de pacientes”.
El director del Hospital de Niños “Acosta Ñu”, Héctor Castro, aseguró que el pequeño hará un proceso de consolidación en El Salvador y, aparentemente, ya no tendrá más complicaciones derivadas de la enfermedad que le aquejaba.
Jeremy Agreda fue diagnosticado con el Síndrome de Wiskott Aldrich, una enfermedad que vulnera la capacidad del cuerpo para defenderse de infecciones.
Los paraguayos se sienten orgullosos de este tipo de acciones que, según ellos, demuestra la capacidad de sus médicos -muchos formados fuera del país- y que les ha permitido realizar unos 33 trasplantes de este tipo, desde el año 2019.