El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, anunció este sábado que rompe relaciones con el Gobierno de Colombia debido a los conflictos generados por el ingreso de la ayuda humanitaria a través de la frontera que divide a ambos países.
“No podemos seguir soportando que el territorio de Colombia se preste para una agresión contra Venezuela. Por eso he decidido romper todas las relaciones políticas y diplomáticas con el gobierno fascista de Colombia. Fuera de aquí la oligarquía”, dijo el mandatario bolivariano durante un mitin al que asistieron diversos simpatizantes chavistas, mientras ordenó que los diplomáticos colombianos tienen 24 horas para salir del país
Mientras Maduro daba su anuncio, su homólogo colombiano, Iván Duque, exigía el ingreso de la caravana de ayuda humanitaria internacional, comandada por el autoproclamado presidente de Venezuela, Juan Guaidó, a través de la frontera.
“Exigimos que se permita su ingreso de forma pacífica al territorio venezolano, para beneficio de quienes lo necesitan. Impedirlo es un atentado contra los derechos humanos y podría constituir un crimen de lesa humanidad”, expresó Duque durante la entrega oficial de la ayuda a Guaidó en un centro de acopio ubicado en la ciudad fronteriza de Cúcuta.
Sin embargo, los efectivos de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) han bloqueado el paso de la caravana de ayuda a través del puente fronterizo, Simón Bolívar, por lo que una ola de voluntarios de Guaidó se mantienen en el lugar pidiendo que cese el bloqueo.
“Dejamos el miedo y vamos a sacar esto de aquí. Los militares están atacando manipulados por el gobierno pero ellos tienen familia que están pasando las mismas necesidades que nosotros, sin comida”, expresó a la agencia internacional Reuters Sobeida Monsalve, un ama de casa de 42 años.
Otro de los puntos críticos de los conflictos es el puente Francisco de Paula Santander, el segundo paso fronterizo entre Cúcuta y Venezuela que atraviesa el Rio Táchira, donde los efectivos del GNB quemaron algunos camiones que transportaban ayuda humanitaria tras lanzar bombas lacrimógenas a los simpatizantes de Guaidó.
Pese a los constantes llamados de la comunidad internacional a aceptar la ayuda, Maduro ha condenado el gesto, argumentando que se trata de una excusa de la Casa Blanca para intervenir en Venezuela. "Aquí no manda Donald Trump. Aquí manda el pueblo venezolano. No soy mendigo de nadie", señaló durante su discurso.