"La mayor satisfacción para un emprendedor es vender sus productos": Susana Barrera.
Por Susana Barrera.
Este es un valle de luces y sombras, necesario para el crecimiento de una persona o familia emprendedora. A partir de pláticas con algunos emprendedores y considerando la III Encuesta: Situación de la PYME ante la reapertura económica en tiempos de Covid-19, administrada por el Consejo de la Micro y Pequeña Empresa (CONAMYPE) en 2020, es importante destacar cómo se construye este sector:
Luces
Datos del Global Entrepreneurship Monitor (GEM), dicen que, en El Salvador, el 31.2% de su población es emprendedora: el 19.5% se encuentran en etapa temprana, de los cuales 6.2% son emprendedores por necesidad, 13.2% lo son por oportunidad y el 12.7% son ya establecidos. Por oportunidad o por necesidad estamos ante un movimiento de emprendedores, que pudieron tener su génesis en los pasillos de lugares de trabajo, en las herencias de talentos familiares o ante el apuro de diversificar ingresos, en definitiva, la cultura del emprendedurismo es parte del ADN salvadoreño, siendo San Salvador, Santa Ana, La Libertad, La Paz y Sonsonate, según el CONAMYPE, los departamentos con mayor presencia de emprendimientos.
Qué decir de las sombras, tan necesarias para moldear el carácter emprendedor y su crecimiento. Las sombras son cuestas hacia arriba, derivadas a veces por la falta de capital para invertir, recesión de ventas, compromisos y aspiraciones colaterales que no se suplen con el negocio, la falta de capacidad para la administración o comercializar, déficit de calidad, alianzas y la renuencia a la tecnología, es aquí donde asaltan los desánimos y algunos cambian sus sueños por un salario fijo, si es que encuentran, otros duplican su rol; serán empleados y autoempleados a la vez, es complejo en este valle de sombras “esperar lo mejor y prepararse para lo peor”.
En esta condición nuestros emprendedores están expectantes a las oportunidades que les permitan dar ese salto a la realización. Así que la recomendación para el otro 70% de consumidores, asumir que no todo es “cachada ni regateo”, valorar y seguir apoyando lo local porque con ello se incentiva a la libertad de este importante sector.